El debate televisado podría no ser el momento “decisivo” que han estado intentando retratar en los medios de comunicación del país
Emmanuel Macron y Marine Le Pen se preparan para un debate presidencial que promete ser beligerante y con muy mala leche. Los candidatos se enfrentarán en una mesa durante más de dos horas el miércoles por la noche con dos periodistas actuando como árbitros.
Los planes de batalla de Le Pen y Macron
Le Pen del Frente Nacional, partido de extrema derecha, hablará primero y, con las últimas encuestas de opinión mostrando que todavía arrastra un 40% detrás de Macron con 60%, tiene poco que perder al ir en la ofensiva desde el principio.
Se espera que Le Pen lance un doble ataque contra su rival centrista, acusándolo de inexperiencia, nunca habiendo ocupado cargos electivos y siendo el escudero del presidente socialista, profundamente impopular, François Hollande, en cuyo gobierno sirvió como ministro de finanzas.
Los analistas dicen que la estrategia de Le Pen será retratar a Macron como miembro de la “élite de París” que profesa detestar y acusa de estar fuera de contacto con el pueblo francés común.
Macron, jefe del movimiento En Marche!, dice que está preparado para participar en un “combate cuerpo a cuerpo” verbal con Le Pen y tiene la intención de señalar los agujeros económicos en su programa, y apuntarla sobre las promesas diluidas de volcar el euro, traer de vuelta el franco y celebrar un referéndum sobre el abandono de la Unión Europea.
Un debate tradicional
El debate entre la primera y la segunda ronda de las elecciones presidenciales francesas ha sido una tradición desde 1974 y ha sido calificado por los medios franceses como un momento decisivo. En realidad, es poco probable que reduzca sustancialmente la brecha entre Macron y Le Pen en la votación final del domingo.
Ambos candidatos tratarán de convencer al estimado 18% del electorado que las encuestas dicen que están indecisos o no tienen intención de votar, así como los votantes que apoyaron al conservador François Fillon y al izquierdista Jean-Luc Mélenchon en la primera ronda.
Jerome Fourquet de los encuestadores Ifop dijo a periodistas el miércoles que su investigación sugiere que 40-44% de los votantes de Fillon apoyarían a Macron, 30% a Le Pen y 25% a abstenerse o estropear su papeleta de votación. De los votantes de Mélenchon, 50% estaban dispuestos a votar por Macron, 13% por Le Pen y 30-37% a abstenerse o estropear su voto.
El martes, una consulta de la línea dura de Mélenchon “Insoumis” -los que se han inscrito en su movimiento- sugirió que el 65% se abstendría o votaría en blanco en lugar de apoyar a Macron.
Con información de The Guardian
