Deportado deja los vicios para convertirse en abogado

Tijuana, BC.- Un connacional nacido en la Ciudad de México y que fue deportado de Estados Unidos a esta frontera, dejó una vida de vicios para dedicarse al estudio y hoy está a unos cuantos semestres de graduarse como abogado en la Universidad Autónoma de Baja California.

Se trata de Mario de Gante Ortiz, quien vive en el albergue Jehová con su pueblo es el más duro de la ciudad. Hombres recios, de torso y rostro tatuados, no ocultan su paso por la M, la mafia mexicana, expulsados de California y otros estados de la unión americana donde purgaron penas en Folsom y otras cárceles.

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Pero ni esa dureza doblegó a Mario.

“Llegué deportado a esta ciudad en el 2002, prácticamente sin familia como llegamos mucha gente del toro lado…llego a este lugar en el 2008 y a partir de ese momento conozco este lugar y hago… paga una renta y se logra un beneficio” dice..

Tras años de esfuerzo, su vida cambió radicalmente y hoy cursa una carrera universitaria, luego de haber cursado la preparatoria en el Colegio de Bachilleres.

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“Estoy terminando el tercer semestre de la carrera de derecho de la UABC, primero terminé la prepa, acá en Tijuana llevo 12 años”, explica.

Mario admite que no es fácil dejar atrás una vida ardua y con su ejemplo, ilustra que es posible cambiar los caminos tortuosos por una nueva ruta, la de un profesionista que pronto espera graduarse, pero pide no para él sino para otros, apoyos que nunca tuvo.

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“Si hubiera una ayuda podría haber más personas arriesgándose a estudiar, a tener un cambio…

-Cuanto tiempo viviste en Estados Unidos?

-Varios años, una vida de calle prácticamente en esas palabras, no iba con la idea de hacer dinero o hacer fortuna en ese lugar, la juventud, la edad de tener 20 años y se siente uno el rey del mundo.

Advierte que sí es posible canjear las drogas por los libros, las armas por los cuadernos y explica de qué viven él y sus compañeros.

“Sí se puede cambiar.. . muchos terminan en plan de indigentes venden chicles. Yo en mi caso estudio fin de semana trabajo me voy a vender dulce me ayuda para terminar mi carrera ayudar al cambio de la región” cuenta.

Lo más difícil para Mario, fue partir de cero sin ningún documento que acreditara su identidad y su nacionalidad como mexicano.

“Cuando llegamos aquí yo no tenía papeles, fue un pequeño problema llegar a este lugar, saber que somos de aquí y no contar con ninguna identificación, nada, nada y empezar de cero. Traía ciertos papeles, hablo a mi familia, me empiezan a llegar, mi acta de nacimiento, mi documentación

Ahora, espera poder ayudar a sus actuales compañeros del refugio en que vive en la Zona Norte, ya en su calidad de abogado defensor de los derechos humanos.

“Yo trato sobre los derechos humanos sobre todo los derechos del migrante, es lo que me manejo, los derechos del migrante”

Llegamos sin papeles no tiene mucho que se implementó segundo dinero.. es un poco complicado

Mario concluye contando que a sus 18 anos, su padre le dijo un día que le daba vergüenza. Hoy, que su padre tiene más de 80, le dice que está orgulloso de su hijo.

 

Con información de Juan Arturo Salinas