Médicos y trabajadores de rescate en la sitiada región siria del este de Ghouta han dicho que están luchando para hacer frente a otro ataque intenso de lo que describieron como violencia “demente”, en la que más de 90 personas murieron de la noche a la mañana, según los observadores de guerra.
Los ataques aéreos y bombardeos del enclave cerca de Damasco provocaron el aplazamiento de las entregas de ayuda a más de 300,000 personas sitiadas, en medio de avances militares de fuerzas leales al régimen de Bashar al-Assad.
El sufrimiento se vio agravado por informes nocturnos de armas incendiarias y ataques químicos contra dos ciudades en Ghouta, donde los médicos informaron síntomas consistentes con la exposición al organofosforado o al cloro.
“Para todos los que están fuera de Ghouta, que viven en paz y comodidad … deseo decirles que los niños, las mujeres, los ancianos y los niños están muriendo hoy a la vista del mundo”, dijo un trabajador de rescate.
“Somos civiles y trabajadores humanitarios, y no podemos enfrentar estas armas, excepto llevando niños o mujeres o heridos [de entre los escombros]. Podríamos morir en cualquier momento “.
Los médicos en el terreno dijeron que al menos 90 personas habían muerto el miércoles debido a que el número de muertos por una ofensiva militar punitiva en el este de Ghouta, lanzado el 19 de febrero, se acercó a 1,000 civiles. Al menos 300 personas resultaron heridas en el bombardeo.
Dijeron que 29 personas, entre ellas 15 niños, ingresaron en un centro médico con problemas respiratorios luego de un presunto ataque con gas tóxico en las ciudades de Hamoryah y Saqba.
“La mayoría de los que vinieron a mí eran de un refugio, 15 de ellos niños, algunos de tres o cuatro meses, con el rostro azul, tos, [con] síntomas de irritación bronquial”, dijo un médico que trató a las víctimas.
El régimen de Assad ha usado gas sarín en al menos dos ataques anteriores: en 2013 más de 1,000 personas murieron en Ghouta en un incidente que casi provocó la intervención estadounidense en la guerra, mientras que en abril de 2017 un ataque contra la ciudad de Khan Sheikhun mató a docenas de personas con un agente nervioso.
Con información de The Guardian
