El primer ministro de Etiopía presentó una carta de renuncia en una acción sorpresiva que se produce en medio de prolongadas protestas antigubernamentales.
La renuncia de Hailemariam Desalegn, que ha estado en el poder desde 2012, fue reportada por la emisora afiliada al estado Fana el jueves y sigue el estado de emergencia nacional el año pasado. Su renuncia no tiene precedentes en el país del este de África.
Cientos de personas han muerto en actos violentos iniciados inicialmente por un plan de desarrollo urbano para la capital, Addis Abeba. Los disturbios se extendieron en 2015 y 2016 cuando estallaron manifestaciones contra las restricciones políticas y los abusos contra los derechos humanos.
“Los disturbios y una crisis política han llevado a la pérdida de vidas y el desplazamiento de muchos”, dijo Hailemariam en un discurso televisado a la nación. “Veo mi renuncia como vital en el intento de llevar a cabo reformas que conduzcan a una paz y una democracia sostenibles”.
La carta fue aceptada por el comité ejecutivo del partido Hailemariam, el Movimiento Democrático Popular del sur de Etiopía, así como por la coalición gobernante más amplia, el Frente Democrático Revolucionario del Pueblo Etíope (EPRDF), dijeron los medios respaldados por el estado.
Su renuncia será confirmada una vez que se reúna el pleno del consejo EPRDF.
En una breve declaración, Hailemariam dijo que no renunciaría a la política, sino que quería continuar su trabajo para reformar Etiopía. “Mi decisión es ser parte de los programas de reforma en curso”, dijo, según Fana, que agregó: “El primer ministro dijo que hizo todo lo posible por resolver la crisis en su país y que ahora renuncia para formar parte de una solución para eso “.
Hailemariam, anteriormente político y tecnócrata de bajo perfil, sucedió al ex rebelde marxista Meles Zenawi, bajo el cual se desempeñó como viceprimer ministro y ministro de relaciones exteriores.
Con información de The Guardian
