Los líderes de China y Rusia han prometido trabajar conjuntamente para desactivar pacíficamente la crisis de los programas nucleares y de misiles de Corea del Norte, un doble acto diplomático que contrasta fuertemente con las crudas amenazas y tácticas de presión de Donald Trump.
La declaración conjunta reflejó una alineación sino-rusa estratégica más amplia y en curso, que ha pasado en gran parte desapercibida en el oeste. Ha sido alentado por el comportamiento a menudo errático, desenfocado de Trump, y las oportunidades y peligros resultantes que surgen del debilitado liderazgo global estadounidense.
Durante una visita de dos días a Moscú el martes, Xi Jinping, presidente de China, y Vladimir Putin, líder de Rusia, acordaron “impulsar conjuntamente un arreglo adecuado … a través del diálogo y la negociación” con Corea del Norte.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia publicó posteriormente una declaración en la que dijo que China y Rusia habían acordado una posición conjunta diseñada para desactivar las tensiones en torno al programa de misiles de Corea del Norte.
Su colaboración se extiende mucho más allá de la península coreana. “El líder chino enfatizó la necesidad de impulsar la cooperación y” apoyar firmemente entre sí en … defender la soberanía respectiva, la seguridad nacional y los intereses del desarrollo “, dijo la agencia oficial de noticias Xinhua.
La cumbre marcó la tercera vez que Xi y Putin se reunieron en persona este año. Desde que tomó el poder en 2012, Xi se reunió con su contraparte rusa más de 20 veces.
Putin describió la cumbre como “un acontecimiento importante en las relaciones bilaterales”. Se esperaba que firmaran acuerdos económicos por valor de 10,000 millones de dólares. Putin también matriculó a Xi en la orden de San Andrés, uno de los honores más altos de Rusia.
Con información de The Guardian
