Las líneas telefónicas y los correos electrónicos encriptados de las embajadas de la UE en Londres a sus capitales han sido candentes esta semana, mientras los sorprendidos diplomáticos buscan dar sentido al caos en el parlamento británico sobre el Brexit.
Algunos diplomáticos admiten que su principal respuesta ha sido la conmoción a la profundidad de la agitación.
Pero parecen más interesados en ayudar a Gran Bretaña a retrasar el artículo 50, que ha establecido el plazo del 29 de marzo, lo que a veces se piensa.
“Estuve en Bruselas la semana pasada y nadie puede entender lo que le ha pasado a Gran Bretaña”, dijo uno. “Es un país admirado y respetado por su capacidad para encontrar un compromiso, ser el único en la reunión con un análisis tranquilo y un regalo para encontrar soluciones a los problemas”. Es el país al que las personas acuden en busca de respuestas.
“Pero esto ya no parece ser sobre los detalles, la longitud de los borradores o textos, sino sobre la ideología. Es muy profundo, apasionado e irracional “.
Un embajador admitió haber sucumbido a la desesperación después de ver las horas del debate parlamentario, diciendo: “Hay mucha retórica de Churchill, pero no Churchill”.
En tiempos tan inciertos, la tarea poco envidiable de las embajadas es dar una evaluación informada de lo que un parlamento tan impredecible podría hacer a continuación. Los despachos que las embajadas envían a sus capitales nacionales forman solo parte del mosaico de información que los líderes europeos y los negociadores de la comisión recogen cuando deciden cómo responder.
Pero una embajada bien informada, con un buen análisis político respaldado por una buena bodega, puede ser muy influyente.
A pesar de que la mayoría de los diplomáticos han vivido con Brexit a lo largo de su publicación (ha consumido más energía de la que jamás hubieran imaginado, o probablemente hubiera deseado), uno admitió que este no era el momento de estar en el negocio de la predicción.
Los cautelosos personajes de Theresa May y Jeremy Corbyn, nerviosos por decir algo que divide sus fiestas, hacen que las runas sean más difíciles de leer.
Un embajador dijo: “La realidad es que ya no hay interlocutor para Europa. No es en la actualidad el primer ministro. Tenemos que esperar hasta que salga uno.
