Donald Trump siguió adelante con los planes de imponer aranceles a las importaciones de acero y aluminio el jueves, argumentando que los gravámenes eran necesarios para la seguridad nacional y para detener el “asalto a nuestro país”.
Flanqueado por trabajadores de acero y aluminio y personal clave, Trump dijo que tenía que actuar para detener la “aniquilación de comunidades enteras” e insistió en que habría un proceso muy justo ya que la administración usó los próximos 15 días para negociar exenciones con aliados. Canadá y México estarán exentos.
“El acero es acero”, dijo Trump. “Sin acero no tienes un país”.
Trump hizo campaña para salvar empleos de acero y aluminio en los Estados Unidos, que se han perdido a causa de importaciones extranjeras baratas. Pero los aranceles amenazan con socavar décadas de distensión en el comercio internacional y han dividido al partido republicano: ningún miembro del Congreso de su propio partido estuvo presente para el anuncio de la Casa Blanca.
Funcionarios de China y Europa han amenazado con represalias si Trump continúa con su plan.
El plan de Trump es imponer un arancel del 25% sobre las importaciones de acero y un arancel del 10% sobre el aluminio. El plan inicial era un impuesto global, aunque Trump hizo claras excepciones y sugirió que los gastos militares de los aliados podrían tenerse en cuenta.
El anuncio se encontró con la oposición inmediata de los republicanos de alto rango, que ven la medida como un impuesto a los fabricantes y consumidores estadounidenses. El orador de la Cámara, Paul Ryan, dijo: “No estoy de acuerdo con esta acción y temo sus consecuencias involuntarias”. Dijo que aunque hubo “prácticas comerciales incuestionablemente malas por parte de naciones como China”, se las trató mejor con “aplicación específica”.
El asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, hablando en Fox Business Network, dijo: “Mira, esto es bastante simple en este caso. Tenemos una industria de aluminio y acero. El presidente, de manera bastante clara y correcta, [cree] que no podemos tener un país sin esas dos industrias. De hecho, ambos están en soporte vital: la industria del aluminio en particular “.
Con información de The Guardian
