A Estados Unidos le gusta vivir en grande. Sin embargo, hay algunas cosas en las que probablemente no quieras destacar como las más grandes y mejores. Tomemos como ejemplo la contaminación plástica: cada año se descartan en todo el mundo 242 millones de toneladas métricas de este material, lo que equivale a unos diez mil millones de estatuas de la libertad. Más de una sexta parte de ese total proviene de un solo país: los buenos y viejos Estados Unidos de A.
“En 2016, Estados Unidos fue el principal generador de desechos plásticos”, se lee en un nuevo informe de las Academias Nacionales de Ciencias, Ingeniería y Medicina. El informe fue encargado por el Congreso como parte de la Ley Save Our Seas 2.0, aprobada con apoyo bipartidista en diciembre de 2020.
“Los desechos plásticos son una crisis ambiental y social que Estados Unidos necesita abordar de manera afirmativa desde la fuente hasta el mar”, dijo Margaret Spring, directora científica y de conservación del Acuario de la Bahía de Monterey, quien presidió el comité de expertos que compiló el informe.
“Los desechos plásticos generados por los EE. UU. Tienen muchas consecuencias: impactan en las comunidades costeras y del interior, y contaminan nuestros ríos, lagos, playas, bahías y vías fluviales”, agregó Spring. “[Está] imponiendo cargas sociales y económicas a las poblaciones vulnerables, poniendo en peligro los hábitats marinos y la vida silvestre, y contaminando las aguas de las que dependen los seres humanos para su alimentación y sustento”.
El informe encontró que EE. UU. Fue responsable de “aproximadamente 42 [millones de toneladas métricas]” de desechos plásticos en 2016, más del doble de casi cualquier otro país del planeta, y más que los 28 países de la Unión Europea juntos.
Per cápita, los estadounidenses generan alrededor de 130 kilogramos (286,6 libras) de desechos plásticos al año, lo que equivale a que cada persona en el país tire un Dwayne “The Rock” Johnson de plástico entero Y su adorable bulldog francés Hobbs cada año.
La gran mayoría de estos desechos terminan en los vertederos, pero demasiados terminan “filtrándose” al medio ambiente, señala el informe, y no solo debido a elecciones obviamente irresponsables como tirar basura o enviar el equivalente a 68,000 contenedores de basura. -países en desarrollo abrumados. Incluso los desechos plásticos gestionados adecuadamente pueden terminar en el medio ambiente, y lo hace a una tasa que el informe estima en alrededor de uno o dos millones de megatones por año.
Ya sabemos cuáles serán las consecuencias de esto: en menos de una década, advierte el informe, “la cantidad de desechos plásticos vertidos en el océano podría alcanzar hasta 53 [millones de megatones] por año para 2030, aproximadamente la mitad del total peso del pescado capturado en el océano anualmente “.
Según un informe de 2016 de la Fundación Ellen Macarthur, se prevé que el océano será más plástico que peces para 2050. Eso se suma a la miríada de especies que se han encontrado asfixiadas, asfixiadas, envenenadas y mucho más, gracias a lo que se describe como un “diluvio de desechos plásticos a escala mundial, aparentemente en todas partes”.
“Hay una urgencia en el tema”, dijo a The Guardian Jenna Jambeck, miembro del comité científico detrás del informe. “La producción está aumentando, la generación de residuos está aumentando y, por lo tanto, los impactos de las fugas también tienen el potencial de aumentar”.
La solución, o al menos el comienzo de una, se presenta en un plan de intervención de seis puntos. Primero, el comité dice que Estados Unidos debería reducir la producción de plástico, especialmente los plásticos que no son reutilizables o prácticamente reciclables. La segunda intervención lleva esto más allá, solicitando la innovación de nuevos materiales para reemplazar el plástico, que se degradan más rápidamente o se pueden reciclar o reutilizar más fácilmente.
Tercero: tenemos que cambiar los tipos de plástico que usamos; simplemente, si usamos menos productos desechables de un solo uso, entonces tiramos menos productos.
El cuarto objetivo de la intervención es mejorar los sistemas de gestión de residuos de la nación, es decir, todo, desde la infraestructura, la recolección, el tratamiento, el control de fugas e incluso la contabilidad. En particular, el comité recomienda “esfuerzos para aumentar la recolección de plásticos en los sistemas de gestión de desechos, el reciclaje de plástico y el aislamiento o tratamiento del plástico restante [desechos] para evitar fugas al medio ambiente”, básicamente, reciclar más y lo que no podemos reciclar, contener.
El punto cinco implica “capturar desechos”. En otras palabras, tenemos que empezar a recoger basura, limpiar ríos o playas donde se acumula plástico, ese tipo de cosas. Si limpiamos los desechos antes de que lleguen al mar, como sucede en la actualidad, la tarea de limpiar los océanos será mucho más fácil: dragar el mar en sí es “muy caro, ineficiente y poco práctico”, señala el informe.
Finalmente, llegamos al punto seis, el más simple de todos. El punto seis pide “minimizar la eliminación en el mar” de los desechos plásticos, es decir, ¡simplemente dejen de tirar basura directamente al mar, chinches!
Por supuesto, estas cosas son más fáciles de decir que de hacer, y cuando se habla de un problema de esta complejidad y magnitud, y de la infraestructura “extremadamente insuficiente” que existe actualmente para abordarlo, el informe es claro que “no hay una solución única será suficiente para abordar el problema “. Sin embargo, con el informe de esta semana que ofrece una visión “científicamente sólida”, el comité dice que Estados Unidos podría encontrar un papel de liderazgo en la lucha mundial contra la contaminación plástica, influyendo en la innovación, la producción y la economía globales.
“El informe recomienda que EE. UU. Establezca una política federal y una estrategia de investigación coherentes, integrales y transversales para reducir la contribución de los desechos plásticos al medio ambiente y al océano”, dice un comunicado de prensa de las Academias Nacionales. “Esta estrategia debe ser desarrollada por un grupo de expertos, o un organismo asesor externo, antes del 31 de diciembre de 2022. La implementación de la estrategia debe evaluarse antes del 31 de diciembre de 2025”.
Con información de IFL Science
