Estados Unidos ha sancionado a los militares chinos por comprar aviones de combate y misiles rusos, y ha puesto en la lista negra a más de 30 rusos, la mayoría de los cuales han sido acusados por su papel en los esfuerzos de Moscú para subvertir las elecciones estadounidenses de 2016.
Las nuevas sanciones reveladas por el departamento de estado el jueves agudizarán las tensiones con Pekín en medio de una guerra comercial en gestación y otras relaciones amargas con Moscú.
La expansión de la lista negra rusa también representa un respaldo a la investigación sobre la intromisión rusa en la votación de 2016 del asesor especial Robert Mueller, que Donald Trump ha denunciado repetidamente como una “caza de brujas”.
De los 33 nombres agregados a la lista negra rusa, tres entidades y 30 individuos, 28 fueron acusados a principios de este año por el equipo de Mueller.
La lista incluye tres compañías y 13 personas acusadas en febrero de este año de participar en un amplio intento de influir en las elecciones de 2016 a través de falsas cuentas de redes sociales en funcionamiento ideados por la Agencia de Investigación de Internet en San Petersburgo.
También incluye a 12 oficiales de la inteligencia militar rusa acusados por Mueller en julio por piratear los correos electrónicos del Comité Nacional Demócrata durante las elecciones.
El departamento de estado también nombró a Igor Korobov, jefe de la principal dirección de inteligencia del ejército ruso, conocido como GRU, y uno de sus adjuntos, Sergey Gizunov, así como tres compañías de defensa rusas, incluida la organización mercenaria PMC Wagner.
Ser agregado a la lista negra no desencadena sanciones, pero cualquiera que trate con una persona o entidad incluida en la lista negra podría ser objeto de medidas punitivas en virtud de la Ley contra los Adversarios a través de Sanciones (Caatsa) aprobada por el Congreso en 2017.
Con información de The Guardian
