Después de perder su dominio sobre Deir ez-Zor y ser empujado más lejos de su fortaleza de Raqqa, los combatientes del Estado islámico (EI) se han retirado hacia el río Eufrates para prepararse para lo que algunos altos líderes ahora están facturando como una última batalla en el este de Siria.
Decenas de miembros de EI han huido a ciudades y aldeas a lo largo del valle del Éufrates después de abandonar Deir ez-Zor, donde sus fuerzas habían asediado una base militar siria y hasta 100,000 habitantes locales durante los últimos tres años.
La ciudad fue retomada esta semana por las fuerzas que luchaban en nombre del régimen de Assad, incluyendo unidades de la milicia iraquí, Hezbollah del Líbano, y el propio ejército sirio.
La rápida entrada en la ciudad del desierto marcó otro momento decisivo en la guerra contra la organización terrorista que la ha visto perder vastas extensiones de territorio durante el año pasado y enfrentar la perspectiva de una derrota total tanto en Siria como en Irak.
En Raqqa al norte, donde las fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos han tomado la Ciudad Vieja, la resistencia del EI a un incesante barrido hacia el sur desde el noreste de Siria ha continuado evaporándose. Al menos el 60% de la ciudad, 14 de los 23 vecindarios, está ahora bajo el control de fuerzas que esperan que el resto de Raqqa sea tomado dentro de los próximos dos meses.
La velocidad del asalto en ambas ciudades continúa subrayando la fuerte caída de las fortunas de Isis, poniendo de manifiesto su creciente incapacidad para luchar como una unidad cohesionada y obligándola a volver a sus raíces como organización guerrillera. “Son muy buenos en la guerra clandestina”, dijo Hisham al-Hashimi, un erudito iraquí del grupo terrorista. “No olvidemos el daño que causaron durante muchos años antes de que tomasen a Mosul”.
Líderes de EI se han refugiado en la ciudad siria de Mayedin y mantienen una presencia en la cercana ciudad de Sukhna, así como Bukamal en el lado iraquí de la frontera siria. Al parecer, el líder de Isis, Abu Bakr al-Baghdadi, fue avistado en Bukamal el primer día de Eid al-Adha, según un testigo. El testigo ha confirmado previamente avistamientos del líder fugitivo, que más tarde se han confirmado.
Con información de The Guardian
