Si a 4 años de gobierno de Francisco Vega alguien todavía dudaba que no gobernaba con el cerebro, el mandatario estatal lo acaba de confirmar.
En efecto: en el marco del desayuno con la militancia de su partido, Vega de Lamadrid declaraba que para gobernar bien se requiere corazón, pero como ya sabemos que no gobierna bien, no tiene cerebro ni tiene corazón.
Como el espantapájaros del Mago de Oz, que iba en busca de un cerebro, así avanza el encargado de conducir los destinos de Baja California, llevando al estado a un nivel deplorable de inseguridad, violencia e inestabilidad para la industria y el comercio local.
Desde su campaña, Francisco Vega ya era ampliamente reconocido como un candidato de ocurrencias, de discurso deshilvanado que a falta de sustentos lógicos, quiere apelar a las emociones baratas.
El responsable del progreso del estado es un hombre que gobierna con ocurrencias y como a lo largo de 4 años Baja California se ha venido hundiendo, se saca del sombrero otra y otra ocurrencia. Una de las últimas y más peligrosas por su falta de resultados fue la Cruzada por la Seguridad, que ya suma cientos de muertes desde su arranque, hasta totalizar mil 500 ejecuciones, 30 de las cuales se registraron en los primeros días de noviembre.
En el colmo del cinismo, Francisco Vega dice en forma condescendiente, que “si la referimos a los homicidios y demás, pudiera ser que la cruzada en ese sentido no haya sido tan eficiente hasta el momento”. Demasiadas palabras para no querer admitir que esta otra ocurrencia ha sido un fracaso.
Una prueba de que la inseguridad es un negocio más para el gobernador, es el Centro de Control, Comando, Comunicación, Cómputo e Inteligencia, concesionado a una empresa privada por 10 años a razón de 690 millones de pesos. Y en una de sus últimas declaraciones, el mandatario estatal admitía que la delincuencia VA GANANDO EN BAJA CALIFORNIA, ¡y cómo no va a ganar terreno si su gabinete y él se dedican a hacer negocios y a vendernos en lugar de defendernos!
A lo largo de su mediocre gobierno, han surgido brotes de inconformidad desde San Quintín donde sus socios como los Valladolid cobran como funcionarios de primer nivel pero mantienen a los jornaleros agrícolas en la miseria, hasta Mexicali, donde su famosa Ley de Aguas causó un profundo rechazo por su afán, otra vez, de hacer negocio esta vez dotando de un acueducto a la cervecera Constellation Brands.
Para presumir logros en los informes anuales, Vega de Lamadrid invoca cifras de empleo y de inversión extranjera pero estos datos son tan relativos que no soportan un análisis profundo.
Olvida decir que muchas inversiones se han retirado por la falta de infraestructura y de seguridad. Tanto se ha agravado la inseguridad que los directivos extranjeros son escoltados desde Ciudad Industrial en Otay, hasta la garita de San Ysidro. En pocas palabras presume inversión extranjera, a costa de brindarles la seguridad que le debe a todos los bajacalifornianos
Las ocurrencias no acaban, pues en el seno del mismo desayuno, el gobernador dice que le preocupa tanto la inseguridad que hasta le quita el sueño, y eso que él tiene policías que deberían patrullar por todo el estado, resguardando sus múltiples casas las 24 horas de los 7 días de la semana.
Francisco Vega es un mandatario que gobierna sin cerebro, que con un discurso de arranques de oratoria quiere convencernos de sus buenas intenciones cuando que en realidad, nos ha cortado de tajo la seguridad y el progreso para Baja California. Y por eso confirmo a diferencia del personaje del mago de Oz, este espantapájaros nunca logró conseguir su cerebro.
