El cardenal George Pell, que fue el tesorero del Vaticano y el católico más importante de Australia, fue declarado culpable de abuso sexual infantil después de un juicio en Melbourne.
Un jurado emitió el veredicto unánime el 11 de diciembre en la corte del condado de Melbourne, pero el resultado fue sujeto a una orden de supresión y no se pudo informar hasta ahora.
Un juicio previo sobre los mismos cinco cargos, que comenzó en agosto, resultó en un jurado colgado, lo que llevó a un nuevo juicio.
Pell, quien está ausente de su cargo en Roma como tesorero del Vaticano, fue declarado culpable de penetrar sexualmente a un niño menor de 16 años, así como cuatro cargos de un acto indecente con un niño menor de 16 años. Los delitos ocurrieron en Diciembre de 1996 y principios de 1997 en la catedral de San Patricio, meses después de que Pell se inaugurara como arzobispo de Melbourne.
Debe ser sentenciado la próxima semana, pero puede ser puesto bajo custodia en una audiencia de culpabilidad el miércoles, después de haber estado en libertad bajo fianza desde el veredicto y recuperarse de una cirugía de rodilla.
El Papa Francisco, quien ha elogiado a Pell por su honestidad y respuesta al abuso sexual infantil, todavía tiene que reaccionar públicamente, pero solo dos días después del veredicto no reportado en diciembre, el Vaticano anunció que Pell y otros dos cardenales habían sido retirados del consejo del pontífice. de asesores.
La condena de Pell y su posible encarcelamiento causarán ondas de choque en una congregación católica global y es un golpe para los esfuerzos de Francis por controlar el abuso sexual.
Se produce días después de una cumbre sin precedentes de cardenales y obispos de alto rango en presencia del Papa en el Vaticano, con la intención de señalar un punto de inflexión en el tema que ha dañado gravemente a la iglesia y al papado de Francisco.
Antes de regresar a Australia para enfrentar los cargos, Pell fue durante tres años prefecto de la secretaría para la economía de la Santa Sede, lo que lo convirtió en uno de los católicos más importantes del mundo. Era uno de los asesores más confiables de Francisco, y fue seleccionado para supervisar las complejas finanzas del Vaticano y erradicar la corrupción.
En el día del dramático veredicto, después de un juicio de cuatro semanas y media, Pell se quedó en el muelle sin mostrar ninguna reacción y mirando al frente. La sala estaba en silencio cuando el capataz le dijo al tribunal que el jurado había declarado culpable al cardenal por todos los cargos. El abogado defensor de Pell, Robert Richter QC, cuando los periodistas le preguntaron si iba a apelar, respondió: “Absolutamente”.
Pell ahora casi seguramente se enfrentará a la cárcel.
