Elba Esther consiguió la prisión domiciliaria, pero 42 mujeres con más de 70 años no

CIUDAD DE MÉXICO, México.- En diciembre de 2017, Elba Esther Gordillo salió de una clínica de lujo, donde se atendía por su “grave estado de salud”, para irse a su departamento en Polanco luego de que se le concediera prisión domiciliaria.

La razón que argumentó su defensa fue que la maestra, de 72 años, contaba con un estado de salud peligroso para permanecer tras las rejas, por lo que sus abogados reclamaron un “gesto humanitario”.

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Así, a causa de su edad y salud, la exlideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), consiguió cumplir su condena desde la comodidad de su hogar, ubicado en una de las zonas más preferenciales de la capital del país.

Y es que en México, las internas e internos que son mayores a los 70 años pueden solicitar a un juez concluir su sentencia desde casa o centro médico geriátrico para no morir en la cárcel, según lo marca el artículo 166 del Código Nacional de Procedimientos Penales.

Sin embargo, conforme a datos de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), hay miles de mujeres de la misma o más edad que la maestra a la que no les es tan sencillo obtener dicho gesto.

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Además, el 44 por ciento de la población de adultos mayores se les coloca en la parte alta de las literas; otro 29 por ciento necesita una silla de ruedas o andaderas para transportarse, pero tampoco hay rampas. Un 8 por ciento tampoco tiene dietas adecuadas para sobrellevar sus padecimientos.

Elba Esther no sufrió nada de estas dificultades, pues en su tiempo en prisión en vez de celda dormía en una habitación privada del Hospital General Torre Médica Tepepan, a la que le enviaban sus medicamentos y dieta elaborada por un nefrólogo, la cual incluía pescado,  fruta y agua Fiji.

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Con información de Vanguardia