Un extraño eslogan surgió de los cientos de ciudadanos de Sierra Leona que lucharonn por echar un vistazo a Samura Kamara, la candidata presidencial para el gobernante Congreso Popular. “¡Somos chinos!” Cantaron durante la campaña de la semana pasada. “¡Nosotros somos chinos!”
Sierra Leona votará el miércoles sobre su primer nuevo gobierno en 10 años en unas elecciones que la prolongada crisis económica y la lenta recuperación de la epidemia de ébola han dejado inusualmente abiertas. Un nuevo partido liderado por un ex ejecutivo de la ONU, la National Grand Coalition, tiene la posibilidad de alterar el sistema bipartidista tradicional.
Pero muchas personas perciben que uno de los jugadores más poderosos de la encuesta es un socio comercial a 8,000 millas de distancia que ha invertido mucho en el conflictivo país del oeste de África y ha sido un aliado cercano del presidente saliente, Ernest Bai Koroma.
A lo largo de la presidencia de Koroma, Sierra Leona ha ampliado las relaciones comerciales con China a niveles que no se habían visto desde los años ochenta. Las empresas chinas han asegurado la concesión de la mina de hierro más grande del país y han construido carreteras en áreas subdesarrolladas, incluida una autopista de peaje de 115 millones de libras esterlinas. China se ha convertido en uno de los mayores importadores de pescado y madera de Sierra Leona.
Sierra Leona, uno de los países más pobres del mundo, enfrenta décadas de deudas por un nuevo aeropuerto internacional de 300 millones de dólares en el que la construcción acaba de comenzar, a pesar de las advertencias del FMI, el Banco Mundial y muchos otros de que sería un elefante blanco y un proyecto de vanidad.
Pero para muchos sierraleoneses son sinónimos. Para Michael Kamara, un partidario de APC, gritar “Somos chinos” fue una expresión de gratitud y solidaridad. “Están tratando de mostrar su afecto por los chinos de la única manera que saben hacerlo: jurando lealtad”, dijo. “Lo hemos hecho por el oeste durante 60 años. Ahora estamos probando a los chinos “.
Con información de The Guardian
