TIJUANA, Baja California.- Los migrantes asentados en el campamento “El Chaparral” llevan un año esperando a que el Gobierno de los Estados Unidos les otorgue el asilo humanitario, mientras tanto, han soportado frío, calor, lluvias, hambre y hasta amenazas de quienes dicen ellos, son parte del gobierno mexicano.
Sin dar nombres por temor a represalias y ocultando su rostro para evitar ser reconocido, este migrante de origen hondureño expuso ante nuestras cámaras de Primer Sistema de Noticias las injusticias a las que se ha enfrentado por tratar de buscar un mejor futuro para él y su familia, recordando que llego de su país huyendo de la violencia.
“Nos han amenazado, no podemos decir nombres, pero nos han amenazado con quitarnos a los niños, aquí nos han amenazado con quitarnos las cosas”, indicó el migrante.
De acuerdo con el migrante, antes la falta de comida no era tan evidente porque tenían el apoyo de organizaciones civiles que preparan los alimentos dentro del campamento, sin embargo, eso se acabo cuando colocaron el cerco perimetral el pasado 29 de octubre. Pero el tema no termina ahí, las amenazas ya escalaron de nivel.
“Aquí nos tienen amenazados de que nos van a desalojar, entonces creo yo que no es un delito el acampar en este lugar, no somos criminales por poner una carpa, no es un delito. Nosotros necesitamos pañales, cobijas. Si alguna persona nos está escuchando en este canal y tiene en su corazón bondad de ayudarnos, por favor se los pido ayuden a esta gente”, aseveró.
De acuerdo con el migrante, el único apoyo que han tenido de las autoridades es un boleto de regreso a su lugar de origen, acción que no es una opción para ellos, ya que volver es regresar al peligro.
“Había una cocina que daban comida y dan tres veces al día, ahora ya no están dando comida. Los niños se están muriendo de hambre, estamos aguantando hambre”, puntualizó.
Con información de: Carolina Vázquez
