Escuchar a Mozart calma los cerebros epilépticos, señala estudio

Durante varias décadas, los científicos han luchado por explicar por qué una composición particular de Mozart parece aliviar la actividad cerebral epiléptica.

Conocida como Sonata para dos pianos en re mayor, K. 448, la pieza es el único arreglo musical conocido que produce este efecto, y es posible que una nueva investigación finalmente haya revelado el secreto detrás de sus propiedades terapéuticas.

- Publicidad-

En la revista Scientific Reports, los autores del estudio afirman que sus hallazgos “pueden permitirnos replicar el efecto Mozart K448 con otros estímulos musicales”, lo que sugiere que ahora se podría crear un género completo de música antiepiléptica.

Para llevar a cabo su investigación, los investigadores tocaron la canción a 16 participantes con epilepsia refractaria, a todos los cuales se les habían colocado implantes cerebrales para medir su actividad neuronal.

Esto permitió a los autores monitorear un tipo particular de impulso eléctrico conocido como descargas epileptiformes interictales (IED), que están fuertemente asociadas con la epilepsia y pueden provocar convulsiones.

- Publicidad -

Escuchar K448 durante solo 30 segundos produjo una disminución notable en los IED, particularmente dentro de las regiones del cerebro que coordinan la emoción, como las cortezas frontales bilaterales.

Curiosamente, sin embargo, cuando los participantes escucharon sus canciones favoritas personales, no se observó tal efecto. Según los investigadores, esto sugiere que K448 produce un efecto sobre la actividad cerebral que es totalmente independiente de la respuesta emocional subjetiva. Tal teoría está respaldada por un estudio de los años 90 que demostró que el Sonata reduce la actividad de los IED incluso en individuos comatosos.

- Publicidad -

Para comprender cómo la pieza logra esto, los autores del estudio analizaron su estructura musical, señalando que está “organizada por temas melódicos contrastantes, cada uno con su propia armonía subyacente”. Curiosamente, encontraron que las reducciones en IED eran particularmente pronunciadas durante las transiciones entre estas frases musicales.

Con base en esta observación, los investigadores plantean la hipótesis de que las transiciones entre melodías extendidas generan “respuestas emocionales positivas” dentro del cerebro, que parecen atenuar la actividad epiléptica. Para probar esta teoría, pidieron a los participantes que escucharan una pieza separada de Wagner, que “no tiene melodías reconocibles” y “está organizada por cambios sutiles y graduales en lugar de temas melódicos contrastantes”.

Escuchar a Wagner no tuvo ningún efecto en la actividad de los artefactos explosivos improvisados, lo que refuerza la conclusión de que los cambios melódicos son el ingrediente antiepiléptico clave en el K448 de Mozart. Al aprovechar esta propiedad y componer otros arreglos musicales que reflejan la estructura de la Sonata, los investigadores dicen que es posible desarrollar nuevos tratamientos no invasivos para la epilepsia, algo que será música para los oídos de quienes padecen la afección.

Con información de IFL Science