El futuro de la humanidad está al borde del abismo. Es un futuro que está –como ha sido durante casi de toda nuestra existencia– inextricablemente ligado a nuestra aparentemente ilimitada capacidad de innovación tecnológica. Esta capacidad puede acabar salvándonos, o puede acabar condenándonos. Nuestras culturas están llenas de historias que contemplan los resultados potenciales (desde el universo ideal de Los Supersónicos, hasta el distópico de Terminator).
La horrible distopía de un robot o de un paraíso habilitado para la tecnología, cualquiera que sea el futuro que tenga que tener más posibilidades de convertirse en realidad, probablemente dependerá de nuestras creencias personales.
Pero hoy, todos unamos nuestras manos y atrevámonos a vislumbrar una feliz visión del futuro: una visión encarnada por este video de una niña que confunde un calentador de agua roto con un robot y le da cariñosamente la bienvenida a su corazón.
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