La colisión de un cometa gigante con la Tierra es uno de los eventos más violentos y cataclísmicos que podrían ocurrir en nuestro planeta, y tiene que ver con la gravedad de las estrellas. Ha ocurrido en el pasado, pero las probabilidades de otra catástrofe de este tipo han permanecido inciertas.
Ahora los astrónomos han realizado el equivalente cósmico de una evaluación del riesgo. Un nuevo artículo calcula la frecuencia con la que las estrellas se desvían en la nube de Oort, una vasta y esférica concha de miles de millones de objetos helados que se cree que envuelven nuestro sistema solar. Tales encuentros cercanos pueden desalojar estos cometas sueltos que orbitan, enviándolos el hurtling en el sistema solar, arriesgando un curso de la colisión con la tierra.
Dentro de los próximos millones de años, el documento predice, entre 19 y 24 estrellas vendrán dentro de 3,26 años luz del sol – lo suficientemente cerca como para desviar cometas marcadamente de sus caminos originales.
“Ciertamente, cualquier cosa que esté dentro de esa distancia debería preocuparse”, dijo Coryn Bailer-Jones, del Instituto Max Planck de Astronomía de Heidelberg y autor del artículo.
No todos los encuentros cercanos conducirían a cometas que golpearan la Tierra – esto dependería de una mezcla de suerte y de donde la Tierra está en su órbita con relación a la estrella que pasa – pero las posibilidades de una colisión alcanzarán su punto máximo en estos puntos temporales.
Otras 490 a 600 estrellas pasarán el sol a una distancia de 16,3 años luz en el próximo millón de años, estima el documento. Esto es mucho más allá de los alcances externos previstos de la nube de Oort, pero en el caso de una estrella muy grande, todavía potencialmente lo suficientemente cerca como para hacer que los cometas se desvíen en sus pistas.
La nube de Oort nunca se ha observado directamente, pero los científicos han inferido su existencia porque los cometas que vemos en el cielo nocturno se habrían desintegrado o sublimado hace mucho tiempo si hubieran estado siempre en sus órbitas actuales. Así que los científicos creen que deben pasar la mayor parte de su existencia en un embalse exterior y ser pateados hacia dentro pasando estrellas.
Con información de The Guardian
