Estudiantes de la UNID llevan ayuda humana y espiritual a los presos en las Islas Marías

Con el fin de llevarles ayuda humana y espiritual a los presos en las Islas Marías, un grupo de 8 estudiantes de distintas sedes de la Universidad Interamericana para el Desarrollo (UNID) del país realizaron una visita​al penal.

Encabezados por el P. Arturo Guerra, L. C., Capellán nacional del Sistema UNID y José Miguel Medrano Hernández, Coordinador general de integración del Sistema UNID, los universitarios realizaron durante 10 días diversos talleres y dinámicas de recreación, ayuda espiritual y humana a las personas privadas de su libertad.

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“Fuimos a compartir nuestra fe y a visitar a Cristo en el encarcelado, a escucharle, a comer con él, a jugar futbol y frontón, a compartir momentos de oración. Aprendimos muchas cosas, no con la cabeza sino con el corazón. Estamos muy agradecidos con Dios y con todas las personas que nos apoyaron material y espiritualmente”, dijo el P. Arturo Guerra, L.C.

Entre los talleres realizados, y como un pequeño esfuerzo para promover la reflexión y el interés por la lectura, el P. Arturo Guerra hizo la presentación de su libro “Tras la Noticia… (Crónica de un periodista trota siglos tras los orígenes del cristianismo).” Al final de las presentaciones se rifaron algunos ejemplares entre las personas privadas de su libertad.

Los 8 jóvenes universitarios que participaron en esta misión evangelizadora son: José Antonio Aguilar Argüelles, de la UNID Sede Chetumal; Alan Ismael Escalante Puga, de la UNID Sede Mérida Vista Alegre; Orlando Flores Hernández, de la UNID Sede Monterrey; Jesús Gerardo Padilla Román, de la UNID Sede Saltillo; Luis Ángel Macías Flores, de la UNID Sede Fresnillo; Carlos Alan Pardo Medina, de la UNID Sede Uruapan, José Ramón Ramírez Hernández, de la UNID Sede Tejupilco; y Felipe de Jesús López Medellín, de la UNID Sede San Luis Potosí.

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Tras llegar a sus lugares de origen los jóvenes voluntarios coincidieron en calificar estos días como una experiencia inolvidable de vida en la que fue más lo aprendido y recibido que lo que pudieron dar.

A algunos de los voluntarios les llamó mucho la atención que para muchas personas privadas de su libertad, el amor a su familia es el motivo más fuerte para sobrellevar con ganas su estancia en las Islas Marías y mirar al futuro con esperanza.