TIJUANA, Baja California.- Cientos de estudiantes que viven con Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se han visto afectados por los retos que implican las clases a distancia.
Los educadores, familiares y autoridades educativas han enfrentado el reto de adaptar las necesidades de los jóvenes afectados para poder permitirles recibir su educación con la calidad esperada.
“Se ha visto cómo los mismo niños demuestran estrés, la ansiedad, la presión que están manejando es grande, es mucha. Si en un niño con rendimiento, digamos, normal se le dificulta, ahora imagina a un niño con un trastorno de DDA, obviamente va a ser mucho más difícil lograr esos alcances que se esperan”, explicó Maria Del Rosario Arias, psicóloga y coordinadora de CAPI-UABC, un centro comunitario especializado en brindar atención psicoterapéutica a jóvenes tijuanenses que viven con algún tipo de barrera educativa.
El TDAH puede tener afectaciones directas en la educación de los jóvenes, al presentar problemas para mantener la atención durante las clases y las dificultades para la interacción con profesores y compañeros, una situación que se ha visto agudizada por las clases a distancia.
Las autoridades educativas han tenido que tomar en cuenta las necesidades de alumnos con TDAH para realizar modificaciones que permitan minimizar esta problemática.
“Lo que tiene que ver con educación especial, en esta parte de atención de la comunidad educativa se ha mantenido el apoyo y respaldo de los maestros a nuestros alumnos. Los centros USAER, los maestros están en contacto con estos alumnos y los padres de familia, sobre todo, para generar el apoyo y el respaldo. La modalidad educativa ha generado un plan de trabajo de atención de acuerdo a su necesidad, ellos tienen su plan de atención y de trabajo especial”, explicó Catalino Zavala, secretario de Educación de Baja California.
Por su parte, la psicóloga Arias Ortiz aseguró que la situación no tiene que ser vista de forma negativa, dado que puede representar una oportunidad de trabajo para que las instituciones educativas, las familias y las autoridades del sistema educativo aprendan, modifiquen y generen dinámicas que en un futuro cercano se traduzcan en un beneficio para todos los jóvenes con TDAH.
Con información de Sara Aguiar
