Un joven hondureño que formó parte de la primera caravana de migrantes que ingresó a México en octubre tuvo un cambio radical de corazón en hacer una nueva vida en los Estados Unidos: está considerando quedarse en Guerrero.
Jefferson Rodríguez, de 21 años, dejó lo poco que tenía para huir de la violencia de las drogas, el desempleo y la falta de oportunidades.
Rodríguez abandonó a sus compañeros de viaje en la primera y más grande de las caravanas de migrantes después de reunirse con representantes del Centro de Derechos Humanos Minerva Bello, con sede en Chilpancingo, mientras se encontraba en el estado sureño de Chiapas.
La organización no gubernamental le dijo a Rodríguez que podría ayudarlo a establecerse en México y convertirse en un estudiante de derecho en la capital de Guerrero.
Le dijo al periódico Milenio que exigir un cambio en su país de origen era imposible porque “si te enfrentas al gobierno, te hacen desaparecer”.
Dijo que la mayoría de sus amigos están muertos o han desaparecido.
“Allí no buscan a los que han desaparecido como lo hacen aquí. Cuando desapareces allí desapareces y nadie ve nada. La mayoría de los amigos de mi infancia fueron asesinados y desaparecieron “.
Con información de Mexico News
