Sin duda alguna la realización de eventos públicos es una tarea que no puede tomarse a la ligera ya que toda concentración de personas no está exenta de riesgos de todo tipo.
Los casos más recientes registrados en nuestra entidad son los disturbios en un concierto celebrado en el marco de las Fiestas del Sol el cual se salió de control.
En otro ejemplo, en una atracción publicitada como Circo de los Dinosaurios, una estructura metálica cayó sobre una mujer y su hijo menor de edad quienes afortunadamente no resultaron lesionados gravemente.
En el primer caso, el citado concierto terminó abruptamente y ante el descontento de los asistentes hubo vidrios rotos y daños en el vehículo en que se trasladó el cantante. Un evento en que pudo haber víctimas mortales. Hoy el área de conciertos de las Fiestas del Sol es vigilada por elementos militares.
En el segundo caso, inspectores de Protección Civil descubrieron que el circo contaba con deficiencias en el cableado, carencia de botiquines y otras irregularidades que llevaron a una clausura de al menos 3 días hasta que subsane las irregularidades.
El tema es grave sobre todo si consideramos que las concentraciones masivas pueden salirse de control, como en las actividades de las Fiestas del Sol, o si las personas están bajo riesgo a causa de instalaciones deficientes.
Recordemos la tragedia suscitada cuando en el marco de un festival llamado AXE, dos jóvenes fotógrafos murieron al ser aplastados por una plataforma que fue habilitada para sostener una figura decorativa, cuando que su uso es solo para servir como andamio en áreas interiores.
Los jóvenes Berenice Giles Rivera y Miguel Ángel Rojas Hernández perdieron la vida por una decoración que no estaba contemplada en los planes autorizados por el gobierno de la Ciudad de México.
Esperemos que en nuestra Baja California, no sea necesario que corra sangre para que las autoridades correspondientes tomen cartas en cada uno de este tipo de eventos públicos.