Cuando el Estado Islámico (EI) lanzó su ataque contra Mosul en 2014, fueron superados en número por las fuerzas de la oposición por casi 40 a uno; aún así el EI tomó la ciudad. Ahora un grupo de científicos que trabajan en la línea de frente en Irak han analizado qué es lo que motiva a estos luchadores a estar dispuestos a morir por la causa en una investigación que dicen podría ayudar a combatir a los extremistas.
Mientras que predecir la voluntad de lucha ha sido descrito por el ex director estadounidense de inteligencia nacional James Clapper como “imponderable”, los investigadores dicen que han comenzado a deshacer lo que lleva a los miembros de grupos como EI a estar preparados para morir por la causa, que su familia sufra o incluso cometiendo tortura, encontrando que la motivación está en un área muy diferente a las ideas tradicionales de camaradería.
“Encontramos que había tres factores detrás de si la gente estaba dispuesta a hacer estos costosos sacrificios”, dijo Scott Atran, coautor de la investigación de la Universidad de Oxford y la institución de investigación Artis International.
Esos factores, dijo, son la fuerza del compromiso con un grupo y con los valores sagrados, la disposición a elegir esos valores por encima de la familia u otros parientes, y la fuerza percibida de las convicciones de los combatientes -la llamada “fuerza espiritual” de sus enemigos.
Los hallazgos apoyan la idea, planteada por investigaciones anteriores, de que la voluntad de lucha no radica en la acción racional, sino en la idea del “actor dedicado” – individuos que se consideran fuertemente conectados a un grupo, luchando por valores considerados no -negociable, o “sagrado”.
Con información de The Guardian
