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Fake news sobre Trump

Al final, los homicidas, porque eso son aunque sus actos sean culposos y no dolosos, gozan de su plena libertad

Estamos pues en el escenario de la mal llamada inteligencia artificial

En fechas recientes han sido difundidos videos en diversas redes sociales que informan, mejor dicho mal informan, sobre un agravamiento en el estado de salud del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Se trata de una serie de noticias falsas, o como hemos dado en llamarlas recientemente, de fake news, que independientemente de las filias y las fobias de muchas personas hacia el mandatario estadounidense, lo único que provocan es una mayor inestabilidad en un mundo que en estos momentos se caracteriza por la incertidumbre y la zozobra.

Más allá del personaje al que los creadores de algunas cuentas en redes sociales quieren enfermar incluso mortalmente, estamos frente a un escenario de desinformación alentado y promovido por redes sociales de la empresa Meta, más específicamente los casos de Facebook y de Instagram así como Tik Tok.

A los directivos de estas empresas les tiene sin cuidado difundir falsedades con tal que reciban el pago de pauta publicitaria por potenciar estos videos, cuya realización es de alta calidad, lo que significa que también debió haber habido un considerable desembolso para su elaboración.

Estamos pues en el escenario de la mal llamada inteligencia artificial, un fenómeno que sorprende a muchos pero detrás del cual hay intereses financieros, industriales, políticos y económicos. Que no se engañe el hombre promedio, el trabajador, el ama de casa y el estudiante: la única inteligencia es la del ser humano y la de otras especies, y ya quedó demostrado que quienes se doblegan ante esta cortina de humo, no todas las personas podríamos afirmar que tenemos más de dos dedos de frente.

Hemos visto desfilar por las mismas redes batallas y bombardeos falsos, discursos distorsionados o mal traducidos intencionalmente, así como escenas que en nada corresponden a la realidad.

Si las noticias falsas fueron fuertemente potenciadas durante la aún reciente pandemia del coronavirus, en estos tiempos políticos su difusión parece inminente y toca al ciudadano informarse en fuentes confiables, debidamente identificadas y con un rostro humano. El resto es solo humo que se disipará en la medida en que rechacemos este producto de la tecnología que daña nuestra percepción de la realidad.