Feminicidio en Baja California: de la violencia a la crueldad

TIJUANA, Baja California.- Pasadas las 11 de la noche del sábado 10 de junio, María Itzel Santiago terminó su turno en el hotel Ticúan, en cuyo bar se desempeñaba como cajera, trabajo del que la madre soltera obtenía los ingresos para dar sustento a su hija. María, luego de beber unos tragos con un compañero de trabajo, tomó un taxi acompañada de un hombre, ignorando que pocas horas más tarde sería brutalmente asesinada.

El cuerpo de la mujer de 28 años sería localizado días después, mutilado y dentro de una maleta en la colonia Nuevo Milenio 2000.

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El caso de María Itzel es una de las 5 carpetas de investigación por feminicidio registrados en Tijuana durante 2018 con las que cuenta la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE); cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reportan que, de 2015 a la fecha, en Baja California han ocurrido 39 casos de feminicidio.

Según datos del Secretariado Ejecutivo, sólo entre el 1 de enero y el 31 de julio de 2018, se registraron en México 3 mil 905 muertes de mujeres por feminicidio, homicidio doloso y homicidio culposo; alrededor de 160 de estas muertes ocurrieron en Tijuana.

El feminicidio es, de acuerdo con los expertos, la expresión última de la grave situación de violencia de género que se vive en el país, que en muchas ocasiones comienza en el núcleo familiar y que comúnmente es perpetrada por la pareja.

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“Empieza desde el noviazgo, la manera cuando él ejerce el control le dice a ella, ‘no te juntes con Juanita, no te pintes, no te pongas minifalda, no vayas acá’, ya está ejerciendo un control. Y después de eso le pide la clave del Facebook, y después de eso no le deja que vaya con su amiga, después de eso se casa, y no deja que vea a su mamá ni a su familia. Después de eso la golpea, y después de eso la pateas, y después de eso la violas y después de eso la matas”, afirmó Rebeca Maltos directora de Gente Diversa, asociación que busca sentar las bases para el desarrollo de nuevas formas de relación entre hombres y mujeres.

Esa fue la suerte que corrió Ana María Bello, otra víctima de feminicidio ocurrido en la ciudad y del cual dio cuenta su hijo, quien atestiguó cuando su padre, José Alberto Serna, alcoholizado, arremetió con su vehículo en contra de Ana en dos ocasiones, acertando en la segunda, hiriendo fatalmente a la mujer, mientras esta corría por la calle intentando salvar su vida. Horas antes, el hijo de ambos habría llamado al número de emergencia 911, reportando violencia familiar en su hogar.

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“Lo que nosotros vemos es que la gran problemática que tenemos en la ciudad y en el estado es el tema de violencia familiar, normalmente en los reportes de mayor incidencia al número 911, el número de emergencias, son precisamente el tema de violencia familiar, entonces lo vemos que está disperso por toda la ciudad, que se agrava, por ejemplo, los fines de semana y que tiene que ver seguramente con el consumo de alcohol y sustancias ilegales por parte de los agresores”, señaló el secretario de Seguridad Pública Municipal (SSPM, Tijuana), Marco Antonio Sotomayor.

Los casos de feminicidio tienen una característica en común: la crueldad infligida hacía estas mujeres, cuyos últimos minutos de vida fueron de terrible dolor. Tal es el caso de Ana Karen, quien fue asesinada en 2017 por su expareja, Josué Rodríguez alias “El Huevo”, quien con una mina de gas y un soplete quemó a la mujer y a su hijo. Ana Karen moriría a causa de las quemaduras, luego de un mes de atroz agonía.

Una tragedia similar se registró el año pasado, cuando con el pretexto de acompañarla a la escuela del hijo de ambos, Jonathan estrelló su vehículo contra una rampa en la colonia Juárez y aprovecho que Keyra se encontraba inconsciente por el impacto para rociarle gasolina y prenderle fuego. La mujer luchó por su vida un mes bajo un como inducido, batalla que finalmente perdió en noviembre de 2017.

La violencia hacía la mujer es una cuenta pendiente que tiene el Estado mexicano con la sociedad, de acuerdo con la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2017 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi), casi 76 por ciento de las mujeres reporta haber sufrido algún episodio de violencia extrema.

“¿Qué quiere decir eso Inegi? Que 7 de cada 10 hombres están golpeando mujeres… ¿qué está pasando con los hombres?… son 7 hombres de cada 10 que están ejerciendo o que alguna vez ejercieron violencia contra alguna mujer, ¿qué pasa con las masculinidades?… es un tema que tiene pendiente el Estado mexicano, porque para que las mujeres tengan una vida libre de violencia también se tiene que trabajar con los hombres agresores, pero mientras estén impunes, mientras haya tolerancia pues va a seguir habiendo agresores”, dijo Rebeca Maltos.

De acuerdo con Rebeca Maltos, el gobierno de Baja California no ha acatado las 14 recomendaciones emitidas por la Corte Interamericana de Derechos Humanos a México, de las cuales, las autoridades del estado han hecho una simple simulación, ejemplo de ello, es el Centro de Justicia para la Mujer en Baja California, que debió iniciar operaciones en 2017 y el cual aún no tiene fecha definitiva para abrir sus puertas, lo que evidencia el desinterés por parte de las autoridades para proteger y garantizar la vida de las mujeres libre de violencia.

El montruo feminicida en México no es solo un hombre, sino el gobierno mexicano, cuyo punto ciego hacia los feminicidios perpetúa la cultura de violencia hacia la mujer y que mujeres como Ana Karen, María, Keyra y Ana continúen siendo asesinadas día con día.

Con información de Fabiola Solano.