Fiebre postparto, pone en riesgo la salud materna

La fiebre puerperal se diagnostica cuando se detecta una temperatura superior a 38°C en las 24 horas posteriores al parto, ocurre cuando hubo antecedentes de infecciones de vías urinarias o vaginales; si hubo ruptura prematura de membrana, trabajo de parto prolongado y cesárea.

La doctora María Guadalupe Cerritos Martínez coordinadora del área de ginecología y obstetricia del Hospital General de Zona (HGZ) IV número 8 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ensenada, la definió como una afectación inflamatoria séptica que ocurre durante el puerperio y es originada por diversos gérmenes y lesiones del parto.

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Destacó que los síntomas de infección puerperal no suelen aparecer hasta que transcurren 3 o más días desde el parto, si aparecen antes, se debe a que la infección ya era añeja, pero si ocurre después, es importante un estudio para determinar las consecuencias.

La fiebre es la clave de la infección y se suele acompañar de malestar general, de sudores y taquicardias. En algunas ocasiones existen otras complicaciones como dolor abdominal y útero no contraído. Los loquios –secreciones vaginales-, suelen ser abundantes, purulentos y malolientes.

Para el diagnóstico el especialista identifica los factores de riesgo de la madre y del parto por medio de una exploración física ginecológica, dependiendo la causa se llevará a cabo el tratamiento adecuado, ya que si se presentan síntomas y la infección no se trata puede llegar a consecuencias graves. Es muy importante acudir al médico y no automedicarse.

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La mejor forma de prevenirla es evitando o tratando los factores de riesgo, manteniendo las medidas de asepsia y cuidados, así como la higiene materna después del parto, alimentación sana, descanso materno adecuado y la protección de las relaciones sexuales después del parto.