A pesar de su forma, la Vía Láctea no está mezclada

Nuestra galaxia, la Vía Láctea, es una gran galaxia espiral. Su naturaleza en espiral puede dar la impresión de que se mezcla bien con el tiempo, pero resulta que el medio interestelar, el gas que se encuentra entre las estrellas, es mucho menos homogéneo de lo que los astrónomos esperaban anteriormente.

El medio interestelar de una galaxia se ve afectado por tres elementos principales. Primero está el gas prístino que se condensó a partir del Big Bang. Esto es principalmente hidrógeno, y fue el único componente al comienzo de la Vía Láctea. Dicho gas todavía fluye desde el espacio intergaláctico.

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Luego están los elementos producidos por estrellas. Todo lo que no es hidrógeno y helio (conocido como metales en la jerga astronómica) enriquece porciones de gas hidrógeno y es empujado alrededor de la galaxia. Finalmente, algunos de esos metales se condensan en polvo, los elementos cruciales de donde provienen los planetas (e incluso nosotros).

Se supuso que la región alrededor del Sol tenía aproximadamente el mismo nivel de enriquecimiento de metales, la llamada metalicidad, que vemos en nuestra estrella. Sin embargo, nuevas observaciones mostraron que este no es el caso y, de hecho, existe mucha variabilidad en el gas que se encuentra entre las estrellas de la Vía Láctea. Los hallazgos se publican en Nature.

“Hasta ahora, los modelos teóricos consideraban que estos tres elementos se mezclaban homogéneamente y alcanzaban la composición solar en todas partes de nuestra galaxia, con un ligero aumento de la metalicidad en el centro, donde las estrellas son más numerosas”, coautor Patrick Petitjean, del Institut d’Astrophysique de Paris, Universidad de la Sorbona, dijo en un comunicado. “Queríamos observar esto en detalle usando un espectrógrafo ultravioleta en el Telescopio Espacial Hubble”.

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Estudiar el medio intergaláctico, especialmente centrándose en el entorno solar, no es nada fácil. El equipo utilizó 25 estrellas brillantes y un tiempo de observación prolongado para estimar el enriquecimiento de esa región en particular. Este enfoque no tiene en cuenta el polvo, por lo que la autora principal Annalisa De Cia y su equipo tuvieron que desarrollar una nueva técnica de observación.

“Implica tener en cuenta la composición total del gas y el polvo al observar simultáneamente varios elementos como hierro, zinc, titanio, silicio y oxígeno”, explicó De Cia, quien trabaja en la Universidad de Ginebra. “Entonces podemos rastrear la cantidad de metales presentes en el polvo y agregarla a la ya cuantificada por las observaciones anteriores para obtener el total”.

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Los hallazgos muestran que hay focos de medio interestelar que tienen una metalicidad de una décima parte de lo que encontramos en el Sol. El trabajo sugiere que habrá que revisar los modelos de nuestras galaxias para que sean más fieles a la realidad.

“Este descubrimiento juega un papel clave en el diseño de modelos teóricos sobre la formación y evolución de las galaxias”, agregó Jens-Kristian Krogager, también de la Universidad de Ginebra. “A partir de ahora, tendremos que refinar las simulaciones aumentando la resolución, de modo que podamos incluir estos cambios en la metalicidad en diferentes lugares de la Vía Láctea”.

Con información de IFL Science