Foxtrot, el perro que brinda alegría en un centro para refugiados

BANGLADESH.- Separado de su madre cuando era un cachorro, un afortunado perro llamado Foxtrot se ha convertido en la mascota de un campo de refugiados de la ONU que logra alegrar a todos.

Cuando el ejército de Myanmar comenzó una brutal represión contra la minoría étnica musulmana rohingya del país en 2017, cientos de miles huyeron por la frontera.

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Un millón de personas desplazadas se refugian ahora en campamentos de refugiados en la zona de Cox’s Bazar en Bangladés.

El Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, junto con otras organizaciones benéficas, ha estado allí desde el principio, trabajando para garantizar que todos los refugiados reciban alimentación.

“Foxtrot fue encontrado cuando una variedad de organizaciones benéficas participaban en la limpieza de una playa”, dijo a GNN Colleen Callahan de WFP USA.

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“Un cachorro de cuatro meses los siguió hasta que finalmente Gemma (una de las voluntarias) decidió tomarlo bajo su protección. Después de eso, casi muere, no había veterinario en Cox’s Bazar, así que una enfermera lo devolvió a la vida”, relató Callahan.

“Desde entonces, se le ha otorgado el título oficial de ‘jefe de mascotas y gerente de estado de ánimo’ en el PMA”, compartió.

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La mascota principal, que suele ser conducida por el campamento para visitar escuelas y comedores temporales, así como diferentes eventos del PMA, suele “llevar una capa del PMA o capas especiales para los grandes días como el Día Internacional de la Mujer”.

“Uno de los trabajos que más me gustan es asegurarme de que nadie se estrese demasiado”, escribe uno de los miembros del equipo humano de Foxtrot en su adorable biografía en el sitio web del PMA. “Si veo a alguien que parece que necesita un poco de alivio del estrés, corro hacia él con un juguete en la boca y empujo mi cabeza contra su pierna”.

A través de su Instagram, Foxtrot ayuda a recaudar fondos y a concientizar sobre la crisis que enfrentan los rohingya mientras llega a personas a las que el PMA normalmente no podría llegar.

Aunque es solo un perro pequeño, tiene un gran trabajo. Un trabajador voluntario inspirado y feliz es eficaz, y para los rohingya de Cox’s Bazar, un motivo para sonreír es algo muy valioso.

Con información de Good News Network