Más futbolistas jóvenes mueren de problemas cardíacos de lo que se pensaba

Los jóvenes futbolistas están muriendo de problemas cardíacos a un ritmo más rápido de lo que se pensaba anteriormente, de acuerdo con los médicos que supervisan el programa de exámenes de detección cardíaca para la Asociación de Fútbol.

Su evaluación de 20 años de selección de futbolistas jóvenes a la edad de 16 años que están al borde de una carrera profesional también muestra que la mayoría murió unos siete años después de un control cardíaco que no mostró ningún problema.

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A la luz de los hallazgos, la FA ha aumentado el número de evaluaciones cardíacas que los jóvenes futbolistas reciben de uno a tres, a las edades de 16, 18 y 20.

Se han producido varias muertes impactantes entre las estrellas del fútbol juvenil, incluida la del internacional camerunés Marc-Vivien Foé, de 28 años, que jugó en la Premier League. El mediocampista colapsó jugando para su país contra Colombia en Francia durante la Copa FIFA Confederaciones 2003. Una autopsia descubrió que tenía una afección cardíaca hereditaria.

En 2012, el astro del Bolton Wanderers, Fabrice Muamba, de 23 años, sufrió un paro cardíaco en el terreno de juego durante una eliminatoria de la Copa FA contra el Tottenham Hotspur y casi muere.

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La tragedia ocasionalmente semejante entre jugadores de fútbol llevó al FA en 1997 a establecer el programa de proyección. Las pruebas son parte de una evaluación de aptitud que es obligatoria para todos los jugadores de fútbol de la academia de 16 o 17 años antes de firmar un contrato profesional. El programa ahora tiene 20 años de datos completos.

La revisión de estos datos estuvo a cargo de Sanjay Sharma, profesor de enfermedades hereditarias y cardiología del deporte en la Universidad de San Jorge de Londres y presidente del comité experto de cardiología de la Asociación de Fútbol. Él y su equipo, que publicaron sus resultados en el New England Journal of Medicine, encontraron una tasa de mortalidad de uno en 14,700 personas, considerablemente más alta que las estimaciones previas de una en 50,000 o una en 200,000, dijo Sharma.

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“Eso fue tres veces más grande de lo que cualquier estudio haya informado alguna vez en el pasado y eso nos sorprendió”, dijo. “Lo que más nos sorprendió fue que de las ocho muertes que ocurrieron, seis tenían pantallas completamente normales a la edad de 16 años. Eso era preocupante.