JAPÓN.- En febrero de 1985, una mujer de 29 años de Suginami, Tokio, envió una breve carta a una revista sobre una experiencia que había tenido en repetidas ocasiones. Provocaría una gran cantidad de personas que informaran sobre el mismo fenómeno, que eventualmente llevaría su nombre.
“No estoy segura de por qué”, escribió Mariko Aoki. “Pero desde hace unos dos o tres años, cada vez que voy a una librería me asalta la necesidad de evacuar”.
El extraño fenómeno resultó estar bastante extendido, y muchas personas escribieron a la revista para decir que también tenían la “condición”. La gente lo describe como el impulso abrumador, repentino e insoportable de defecar, que solo se siente en las librerías.
Algunos han afirmado haber tenido otros síntomas, como dolor en el intestino y “una especie de sensación de ardor en el conducto rectal”. Algunos dicen que es tan debilitante que tienen que hacer que otros vayan a comprar libros por ellos.
Entonces, ¿qué podría estar causando esto? Bueno, hay varias sugerencias, aunque en realidad ninguna de ellas es concluyente. Algunos han afirmado que podría ser causado por sustancias químicas en la tinta de los libros que provocaron la defecación.
Como puede imaginar, no hay prisa por curar esta afección, por lo que no se han realizado muchas investigaciones al respecto. Sin embargo, un programa de televisión japonés “The Real Side of Un’nan” intentó hacer que la gente evacuara usando el olor de la tinta, sin éxito en absoluto. Además, probablemente se sabría un poco más sobre la afección si el personal de las librerías necesitara constantemente evacuar.
Otros han sugerido que podría deberse a una asociación, en una especie de situación inversa de los perros de Pavlov. Así como la campana hizo que los perros de Pavlov salivaran a través de la asociación con la comida, en esta hipótesis, los libros hacen que la gente quiera defecar a través de la asociación con la lectura de libros mientras se evacua. Nuevamente, esto no explicaría por qué las personas no necesitan ir mientras están en las bibliotecas, ni constantemente mientras están cerca de la estantería en casa.
Otra explicación popular es que tiene que ver con la postura cuando se inclinan para recoger libros y el efecto inevitable en el recto.
Por supuesto, una explicación es que no existe el síndrome de Mariko Aoki en absoluto, y es simplemente un tipo de sesgo de frecuencia. Es posible que cuando llamó la atención sobre su propia experiencia personal, tal vez estaba condicionada a la manera pavloviana, quién sabe, y la historia dio la vuelta al mundo, la gente simplemente comenzó a notar que necesitaban el baño mientras estaban en la tienda. aparentemente confirmando que el fenómeno es real.
Por lo pronto, no hay una explicación científica al respecto, y hasta que no se haga un estudio serio, no se sabrá la razón.
Con información de IFL Science
