No era la primera vez que George Weah llenaba un estadio de fútbol, pero quizás era el más significativo.
Los liberianos hicieron cola durante kilómetros para ver la inauguración del ex futbolista como su nuevo presidente, celebrando la primera transición de poder pacífica y democrática de su país en 47 años bailando mientras esperaban.
Las expectativas son altísimas para Weah, quien creció pateando una pelota sobre su suburbio pobre de Monrovia y se convirtió en una estrella internacional y héroe liberiano a través de una distinguida carrera futbolística en Milán, Chelsea y Paris Saint-Germain, ganando el Balón de Oro y el premio a Jugador Mundial de Fifa del año.
“He pasado muchos años de mi vida en estadios, pero hoy es como ningún otro”, dijo Weah, vestido de blanco y secándose la frente con un pañuelo, a una muchedumbre de éxtasis en el estadio de fútbol Samuel Doe en Monrovia. “He hecho un juramento ante ustedes y ante Dios todopoderoso. Tengan la seguridad de que no te decepcionaré “.
Fue un momento que Weah había estado anticipando durante más de una década: se postuló por primera vez a la presidencia en 2005, pero perdió ante Ellen Johnson Sirleaf, una ex ejecutiva del Banco Mundial que se convirtió en la primera jefa de estado de África. En 2011 se presentó como el candidato a la vicepresidencia de Winston Tubman, pero nuevamente perdieron contra Sirleaf.
“Esta victoria no hubiera sido posible sin la juventud de este país, las mujeres de este país que se ganaban la vida vendiendo en el mercado”, dijo Weah. “Este es tu gobierno”.
Más de la mitad de los liberianos viven en la pobreza, y fueron estas personas las que llenaron las manifestaciones de George Weah y votaron por él, llenas de esperanza de que su vida encantada de alguna manera se contagiara con la de ellos.
“La gente cree que George Weah tiene la varita mágica”, dijo Ibrahim al-Bakri Nyei, un analista político de Liberia.
Con información de The Guardian
