El heredero de Samsung se enfrenta al “juicio del siglo” en Corea del Sur

Hasta hace pocos meses, el heredero de Samsung, Lee Jae-yong, estaba bien en el camino para asegurar su condición de líder de negocios más poderoso de Corea del Sur.

Pero el viernes  podría estar comenzando una larga sentencia de prisión por su presunto papel en un escándalo de soborno y corrupción que ya ha desencadenado el juicio político al ex presidente del país, Park Geun-hye.

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Lee, el vicepresidente y jefe de facto de Samsung, negó haber tratado de buscar favores políticos de Park a cambio de hacer grandes donaciones a fundaciones dirigidas por su amiga cercana y confidente, Choi Soon-sil.

El destino del multimillonario descansa en manos del tribunal central de Seúl, donde un panel de jueces emitirá un veredicto sobre cargos que van desde soborno a malversación y perjurio.

El heredero de 49 años, que se hizo cargo de las riendas de Samsung después de que su padre de 75 años, el presidente de Samsung, Lee Kun-hee, sufriera un ataque cardíaco debilitante en 2014, enfrenta hasta 12 años de prisión.

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Más de 450 personas solicitaron sólo 30 asientos en la galería pública para presenciar lo que se ha calificado de “juicio del siglo”. Millones de otros surcoreanos fuera de la sala de audiencias estarán pegados a la cobertura de la primera batalla legal importante provocada por un escándalo que ha sacudido los mundos políticos y empresariales del país.

La supuesta participación de Samsung en el escándalo de Park ha puesto de relieve los vínculos colusorios entre políticos y poderosos conglomerados controlados por la familia -o chaebol- y puso en duda los fundamentos sobre los que Corea del Sur construyó su éxito económico de posguerra.

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La ira pública por la conducta de Park durante el cargo ha aumentado la presión sobre el tribunal para condenar a Lee. Aunque ha negado que pagó sobornos para seguir su carrera en una empresa fundada por su abuelo Lee Byung-chul en 1938, ejecutivos de Samsung han sido acusados ​​de mentir en su testimonio para proteger a su heredero, que enfrenta el más largo plazo de prisión por cualquier ejecutivo surcoreano si es condenado.

Con información de The Guardian