Historia de lo inmediato

CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Aun con sus triunfos en cinco de los 12 estados para gobernador, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) fue claramente repudiado en las elecciones de este domingo, y este antipriismo nacido de la ineptitud de Enrique Peña Nieto y el hartazgo de gobernadores sátrapas fue el impulso para las victorias panistas en las otras siete entidades.
Es verdad que el Partido Acción Nacional (PAN) procesó adecuadamente sus candidaturas para evitar los conflictos internos que en todo partido minan las posibilidades de éxito, incorporó a sus principales liderazgos y dispuso de abundantes recursos económicos, pero sólo el espeso antipriismo explica que, por ejemplo, un sujeto como Miguel Ángel Yunes sea ya gobernador de Veracruz.