El gobierno de Honduras suspendió los derechos constitucionales para otorgar al ejército y la policía más poderes e impuso un toque de queda desde el crepúsculo hasta el amanecer para contener los disturbios provocados por las elecciones disputadas, dijo el viernes un alto funcionario del gobierno.
Ebal Díaz, un alto funcionario del consejo de ministros, anunció el cambio en televisión poco después de que la tribuna electoral del país dijera que apuntaría a volver a contar los votos el sábado.
“Se aprobó la suspensión de las garantías constitucionales para que las fuerzas armadas y la policía nacional puedan contener esta ola de violencia que ha envuelto al país”, dijo Díaz.
Dijo que la orden entraría en vigor a las 1200 ET (0500 GMT), pero no dio detalles de qué derechos se suspenderían.
Al menos una persona murió y otras 20 resultaron heridas en protestas y saqueos motivados por temores de la oposición de que el actual gobierno de Juan Orlando Hernández intentaba robar las elecciones presidenciales del domingo pasado.
La preocupación internacional ha crecido sobre la crisis electoral en el pobre país centroamericano, que lucha con pandillas de narcotraficantes violentos y una de las tasas de asesinatos más altas del mundo.
El toque de queda a nivel nacional se extenderá desde las 6 p.m. hasta las 6 a.m. durante 10 días a partir de la noche del viernes, dijo el ministro de gobierno de Honduras, Jorge Ramón Hernández, en un comunicado transmitido simultáneamente a estaciones de televisión y radio.
Según el decreto, todas las autoridades locales deben someterse a la autoridad del ejército y la policía nacional, que están autorizados a romper bloqueos de carreteras, puentes y edificios públicos.
En un recuento de votos ampliamente criticado, la ventaja inicial del presentador de televisión convertido en candidato opositor Salvador Nasralla fue revertida a favor de Hernández.
Más temprano el viernes, Nasralla dijo que los infiltrados del gobierno estaban detrás de los disturbios, que advirtió serían utilizados para justificar los toques de queda militares.
Con información de The Guardian
