Un iceberg de unos mil 270 kilómetros cuadrados, equivalente al tamaño de la zona metropolitana de Londres, se desprendió de la Antártida.
La separación, que se dio cerca de una estación científica británica, fue confirmada este viernes por instrumentos de detección en la superficie de la plataforma de hielo de Brunt.
Cerca de la zona, la estación Halley es operada por el British Antarctic Survey (BAS), una institución dedicada a la investigación de la Antártida.
Los científicos ya preveían el desprendimiento del bloque de hielo, por lo que desde 2017 operaban la estación con capacidad reducida. No representó un riesgo para la vida humana, ya que las doce personas que trabajaban en la base, situada a menos de 20 kilómetros de la zona de ruptura, fueron evacuadas a mediados de febrero.
“Con tres largas fisuras que se han estado desarrollando activamente en el sistema de la plataforma Brunt durante los últimos cinco años, todos hemos estado anticipando que algo espectacular iba a ocurrir”, explicó el professor Adrian Luckman, quien predijo la ruptura tras rastrear imágenes de satélite durante las últimas semanas.
Con información de BBC
