Idlib, “una cárcel al aire libre” para los rebeldes sirios

“Nos han preparado una cárcel en Idlib”, asegura Mohamad. Evacuado de Alepo, acaba de instalarse en esta provincia del noroeste de Siria, a punto de convertirse en el último bastión de los rebeldes que se alzaron en armas contra el régimen de Bashar al Asad.
Unas 25.000 personas de los barrios rebeldes de Alepo, en el norte, fueron evacuadas de la ciudad, que el régimen de Bashar al Asad está a punto de reconquistar en su totalidad tras haber lanzado una brutal ofensiva.
Después de los desplazados de Daraya, Muadamiyeh al Sham y otros feudos de la insurrección en Siria, los civiles y rebeldes evacuados de Alepo no tienen otra alternativa que trasladarse a Idlib, última provincia controlada totalmente por la insurgencia y sus aliados yihadistas.
“No queríamos abandonar nuestra tierra, el régimen y sus aliados utilizaron todo tipo de armas para que nos fuéramos”, explica Abu Mohamad, un treintañero instalado en un campamento de desplazados, junto a unas 100 familias de Alepo.
“Nos han preparado una cárcel en Idlib, para asediarnos y bombardearnos”, lamenta este padre de cuatro hijos.
Estos últimos meses, decenas de miles de personas huyeron hacia esta provincia, sobre todo después de haber abandonado varias localidades rebeldes en los alrededores de Damasco, que el régimen controla gracias a unos acuerdos llamados de “reconciliación”.
Según estos pactos, los insurgentes pueden escoger entre entregarse al ejército o ir a Idlib.
“En total, en la zona de Idlib, podría haber un millón de habitantes bajo control rebelde”, estima el geógrafo Fabrice Balanche, especialista en Siria.
Esta provincia acoge a más de 700.000 desplazados internos, según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA)