Iglesia católica anuncia campaña y colecta para apoyar a migrantes deportados

CIUDAD DE MÉXICO (apro).— La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) anunció hoy el lanzamiento de una campaña de sensibilización y una colecta nacional para apoyar a los inmigrantes ilegales que serán deportados de Estados Unidos.

 

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Alfonso Miranda Guardiola, secretario general de la CEM, señaló que los mexicanos no podemos quedarnos de “brazos cruzados” ante la política migratoria del presidente estadunidense Donald Trump, quien pretende construir un muro fronterizo.

 

“No podemos quedarnos con los brazos cruzados ante el discurso del muro: debemos responder con firmeza, con inteligencia y valentía. Tenemos que defender la dignidad del pueblo, levantar la voz y decir que el muro es un agravio a la dignidad de México”, dijo Miranda Guardiola.

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Y anunció que la CEM está por lanzar una campaña de sensibilización para que la población apoye a los migrantes a través del hashtag #Elmigranteesundon, el cual será difundido en redes sociales y proporcionará información sobre la problemática de la población migrante.

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Asimismo, adelantó que durante la asamblea plenaria de la CEM que se realizará el próximo mes de abril, los obispos mexicanos afinarán detalles para emprender una gran colecta nacional, cuyo objetivo será recabar recursos para apoyar a los migrantes deportados.

 

Miranda también señaló que, ante la nueva política migratoria estadounidense, serán rebasados en su capacidad los albergues para migrantes que maneja la Iglesia católica en todo el país.

 

Apuntó que, ya de por sí, estos albergues –que pueden atender de 15 a 300 personas por día– ya resultan “insuficientes” en estos momentos.

 

La CEM, junto con los episcopados de Estados Unidos y Centroamérica, actualmente están coordinando esfuerzos para apoyar a los migrantes que se verán afectados con las medidas de Trump.

 

A mediados de febrero pasado, representantes de estos episcopados sostuvieron dos importantes reuniones para acordar medidas de apoyo. Un encuentro se realizó en la ciudad de Brownsville, Texas, y otro en el Santuario de Esquipulas, en Guatemala.