Con la llegada de la temporada de calor incrementan las condiciones idóneas para la proliferación de fauna nociva y transmisora de enfermedades. El doctor Javier Camacho Reyes, director de la Unidad de Medicina Familiar (UMF) número 35 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Tijuana, advirtió la importancia de mantener al margen todo tipo de animales o insectos cuyo contacto con el ser humano producen daño. Son, dijo, aquellos que con determinadas condiciones climatológicas incrementan su reproducción hasta convertirse en plagas.
Se les denomina vectores de enfermedades a través de sus excretas o por acción mecánica, sobre todo cuando hay deficiencias sanitarias; las más comunes en nuestra región, son los mosquitos, pulgas, cucarachas, ratas, ratones y garrapatas.
En ese sentido, hizo un llamado especial a la comunidad para prevenir la reproducción de mosquitos y garrapatas que son trasmisores de enfermedades como dengue, paludismo, fiebre amarilla, chikungunya y sika.
Dijo que la principal y más efectiva medida preventiva es la limpieza, evitar agua acumulada en techos, llantas, recipientes abiertos y hoyos, así como el abandono de excrementos y basura. Recomendó mantenimiento permanente en áreas verdes y zonas de tierra suelta, así como acciones de fumigación.
Camacho Reyes pidió extremar medidas higiénicas en relación a las mascotas, ya que los animales pueden llevar a casa diversas clases de animales dañinos tanto para ellos como para las personas, tales como pulgas y garrapatas, que pueden provocar desde fiebre, hasta daño en el corazón, riñón y sistema nervioso.
“Estos parásitos transmiten enfermedades al ser humano, por lo que es necesario identificar una lesión parecida a la picadura de un mosco, con enrojecimiento y posteriormente recibir atención médica y evitar consecuencias”
Indicó que en el mercado existen productos veterinarios capaces de repeler a esos animales durante períodos prolongados, pero la mejor manera de retirar una garrapata es aplicar aceite de cocina en el área afectada y posteriormente utilizar una pinza a fin de asegurar una extracción completa.
En un cuadro clínico posterior a la picadura de una garrapata se contemplan ampollas, fiebre, dificultad para respirar, dolor e hinchazón en zona focalizada; debilidad y movimientos descoordinados, si esto ocurre, es preciso acudir inmediatamente a consulta para que el médico descarte otras patologías y se evite un daño permanente, finalizó diciendo el director de la UMF número 35.
