La inadecuada atención médica en un hospital del IMSS de Puerto Vallarta llevó a la amputación del brazo de un bebé recién nacido, según descubrió la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
En una carta de recomendación dirigida al jefe del IMSS, Tuffic Miguel Ortega, la comisión denunció que el derecho del paciente a la protección de la salud había sido violado a través de una serie de acciones y omisiones por parte del personal médico y de enfermería en el Hospital General de la Zona 42.
La madre de la niña presentó una queja formal ante la CNDH, explicando que llegó al hospital durante la semana 38 de embarazo. Se ordenó una cesárea y su hijo nació, pero los médicos ordenaron que se mantuviera en la guardería porque tenía dificultad para respirar.
“La madre notó que la niña tenía una mancha negra rodeada de rojo en su mano izquierda”, dijo la CNDH en un comunicado. La madre recibió acceso restringido al niño incluso después de que se administraron varios medicamentos y tratamientos al bebé. Se ordenó una ronda de antibióticos, pero los medicamentos tuvieron que ser enviados desde Guadalajara.
Entonces “la madre notó que la mancha negra era dura al tacto, después de lo cual no se le permitió tener contacto físico con su hijo”.
La investigación de la comisión encontró que la lesión se convirtió en una infección grave, pero el personal médico nunca ordenó atención o tratamiento especial. El bebé fue trasladado posteriormente al Centro Médico Nacional Occidental en Guadalajara, donde se ordenaron varios estudios y procedimientos, pero fue en vano.
“Al contrario, los dedos de su mano se volvieron negros porque el tejido estaba muerto”. En este punto, los médicos de Guadalajara decidieron amputar el brazo izquierdo del bebé sobre el codo.
La CNDH declaró que “la lesión fue causada por la falta de los instrumentos médicos necesarios”.
La agencia emitió 12 recomendaciones, incluida la inscripción de la niña y sus padres en el registro nacional de víctimas, que otorgaría a los tres acceso a un fondo de asistencia y reparación de daños que proporcionará al niño atención médica de por vida.
El IMSS también debe establecer un fondo fiduciario a través del cual se garantice el acceso del niño a la rehabilitación.
El instituto de salud también debe garantizar el mejor desarrollo personal y social posible de la niña y el acceso a la educación hasta la universidad.
