CIUDAD DE MÉXICO, México.- En el marco de las tareas de salvamento arqueológico de la Secretaría de Cultura del Gobierno de México, a través del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), en acompañamiento a las obras del Tren Maya, se han registrado importantes hallazgos, entre ellos el de una canoa maya prehispánica.
Ésta fue localizada durante la prospección del Tramo IV de la obra, que va de Izamal, Yucatán a Cancún, Quintana Roo.
Dentro de esta región, en el área de amortiguamiento de la vía, se identificó un sitio denominado como San Andrés por el equipo arqueológico comisionado para esta obra de infraestructura, dirigido por el arqueólogo Manuel Pérez y por José Francisco Osorio. Este equipo para en el Tramo IV, sucedió en coordinación con el director del Centro INAH Yucatán, Eduardo López, y con apoyo de la Secretaría de Desarrollo Sustentable de Yucatán y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo.
El lugar alberga tres cuerpos de agua: un cenote, un pozo y una rejoyada, de manera que las y los expertos de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH acudieron para su exploración y registro.
La responsable de la Oficina Península de Yucatán de la SAS, Helena Barba, informó que el hallazgo se dio cuando hicieron una pausa de descompresión en el cenote, la cual es necesaria cuando se bucea a más de 20 metros de profundidad y se rebasa cierto tiempo definido en las tablas de buceo.
En el sitio, notaron cinco metros debajo del nivel del agua una pared de piedra, la cual tenía de entre 60 a 90 centímetros que indicaba el antiguo nivel del agua, ahí mismo fue donde se encontró una cueva y posteriormente, la canoa, la cual tiene una altura de 1.60 metros de largo, 80 centímetros de ancho y 40 centímetros de alto.
Su antigüedad, señala la arqueóloga, ha sido inicialmente asociada al sitio de San Andrés, periférico a Chichén Itzá, cuya temporalidad está vinculada al periodo Clásico Terminal (830-950 d.C.).
No obstante, será en noviembre próximo cuando se realice una nueva prospección a la canoa, a fin de precisar su antigüedad mediante dendrocronología, análisis que sumarán el apoyo de la Universidad La Sorbona, de París; así como conocer exactamente de qué árbol es la madera.
Con información de Daniela Hernández.
