El incendio del coliseo opacó posada de niños de escasos recursos

TIJUANA, Baja California.- Este  22 de diciembre se cumplen 66 años de una de las tragedias más grandes en  la historia de Tijuana, esto luego de que la noche del 22 de diciembre de 1951 decenas de niños de escasos recursos, además de otros menores y adultos, muerieran en un incendio.

El hecho de suscitó en el salón “Coliseo” que se encontraba en el cuarto y último piso del edificio que albergaba el cine ¨Maya¨, el cual a pesar de su antigua estructura todavía se encuentra de pie y sin operar en la delegación Centro, sobre la avenida  ¨E¨ o  Mutualismo entre las calles segunda  (Benito Juárez) y tercera ( Carrillo Puerto), en donde la  tragedia opacó la navidad de los tijuaneses .

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Aquella noche se celebraba una posada navideña en beneficio de niños de escasos recursos, hijos de madres solteras que radicaban a los alrededores del centro de la ciudad, misma que fue organizada por la Unión de Inquilinos de Tijuana y se unieron para apoyar con los gastos y así buscar dejar en la memoria de los niños una navidad hermosa y memorable.

Después de las 23:00 horas, dos jóvenes en estado de ebriedad comenzaron a discutir, empezaron a lanzar golpes y en la pelea, según los testimonios de la historia, cayeron sobre el árbol de navidad provocando un corto circuito en el cableado de “los foquitos”.

El incendio se extendió por todo el edificio en cuestión de minutos y las personas asustadas, comenzaron a salir del edificio por una rampa angosta para pedir ayuda; otros, debido a las fuertes llamas saltaron por las ventanas, pues la única puerta de emergencias se encontraba cerrada con candados, los bomberos de Tijuana tuvieron que ser apoyados por los de San Diego, California, ya que el siniestro era incontrolable y la prioridad era rescatar a quien se pudiera

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Los gritos de desesperación eran escuchados claramente y desde varios puntos a la redonda y durante varias horas los “tragahumo” llenaron en repetidas ocasiones las pocas pipas que Tenían, pues en aquel entonces se trataba de una Tijuana pequeña que no tenía suficiente equipamiento para combatir un incendio.

Según los reportes, hubo más de cien víctimas en  aquella tragedia, aunque la cifra oficial es otra, pero pocas fueron identificadas por familiares y autoridades, mientras que otras quedaron irreconocibles, pues el fuego los había carbonizado en su totalidad y por ello fueron enviados a una fosa común que se encuentra en el Panteón Municipal número 1.

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Quienes sobrevivieron para narrar la tragedia, resaltaron que fue gracias a los Marines de Estados Unidos que de visita en la ciudad fueron solidarios y realizaron verdaderas escaleras humanas para rescatar a personas, además de “héroes civiles” como Héctor Tamayo y Ángel Camarena,  jóvenes promesas de la lucha libre y el béisbol, que murieron en el lugar en su intento de salvar a niños y adultos.

Tres personas fueron detenidas a raíz de la tragedia, Ángel B. Fernández, propietario del “Coliseo” empresario español muy reconocido en la ciudad durante aquella época; así como el administrador del inmueble, Ángelo Pusateri; y un joven de nombre Guillermo Rico Aldana.

Los años han pasado y pocos recuerdan esta historia, mientras que las nuevas generaciones la ignoran, ya que el “Coliseo” ha quedado como un edificio más en abandono que se encuentra en el Centro, pero que guarda una triste historia, donde lo que sería una fiesta llena de alegría dio paso a una noche de tragedia de Tijuana.

Con información: Monserrat Chávez