TIJUANA, Baja California.- Carmelo lleva cinco días en Tijuana, fue deportado de Los Ángeles en Estados Unidos, donde trabajó lavando platos por 10 meses para ayudar a su familia en Guerrero. No habla inglés y con dificultad se comunica en español, el náhuatl es la lengua dominante en su pueblo al que busca regresar.
“Me deportaron que me viniera para acá, pase un tiempo en un centro de detención. Allá en Los Ángeles están deportando a mucha gente”, indicó.
En comparación con 2018, Tijuana ha recibido aproximadamente 25 por ciento más deportados en lo que va del año, un aumento que de acuerdo con Cesar Palencia director de Atención al Migrante, es normal, pero que podría cambiar si Donald Trump cumple su amenaza de realizar redadas masivas en diez ciudades para incrementar las deportaciones de familias indocumentadas.
Como muchos en su situación, Carmelo llegó a Tijuana sin dinero, documentos o manera alguna de comunicarse con su familia en lo profundo de la sierra guerrerense, a donde viajará con asistencia de la Dirección de Atención al Migrante, afirmó su titular.
“Revisamos quién está en una situación un poco vulnerable, sobre todo niños y niñas con sus mamás que nos llegan mucho, algunos hombres que carecen del recurso para poderse moverse ellos, les ayudamos pagándoles el boleto de camión para que regresen a su lugar de origen”, dijo.
Mientras en Estados Unidos se logra un consenso entre republicanos y demócratas para solucionar los problemas en la frontera con México, Trump retrasó las deportaciones dos semanas, no obstante, entre 120 y 140 deportados continúan llegando a Tijuana día con día.
Con información de Fabiola Solano.
