En una semana sin precedentes para la geopolítica internacional, durante la cual Donald Trump elogió al líder norcoreano poco después de menospreciar al primer ministro de Canadá, un grupo de personas se ha visto especialmente conmocionado por la suspensión de las normas diplomáticas por parte del presidente estadounidense.
La pequeña comunidad canadiense de desertores norcoreanos se ha sorprendido y enfurecido por el trato contradictorio de Trump con los dos líderes: insultos para Justin Trudeau después de la reunión del G7 en Quebec y halagos para Kim Jong-un en la cumbre en Singapur.
Julie y David, que pidieron usar seudónimos por temor a represalias, son una pareja casada que escapó de Corea del Norte en 2005 y ahora vive en Toronto.
Hablando a través de un traductor, Julie no pudo contener su enojo ante el comportamiento de Trump. “Atacar al primer ministro Trudeau, pero luego, 24 horas después, ir a Singapur y alabar a un dictador que es un asesino, es insoportable de ver”, dijo.
Ella estaba particularmente indignada por el hecho de que Trump no planteó el tema de los abusos contra los derechos humanos durante sus reuniones con Kim, a quien describió como un “hombre muy talentoso” con una “gran personalidad”.
Entre 80,000 y 120,000 presos políticos están detenidos en cárceles norcoreanas, según una comisión investigadora de la ONU, que encontró que los crímenes del régimen incluían “exterminio, asesinato, esclavización, tortura, encarcelamiento, violación, abortos forzados y otra violencia sexual, persecución en Motivos políticos, religiosos, raciales y de género, el traslado forzoso de poblaciones, la desaparición forzada de personas y el acto inhumano de causar deliberadamente la inanición prolongada “.
“No abordaron lo que le estaba sucediendo a la gente en Corea del Norte; todo lo que hizo fue alabar a Kim Jong-un. Increíble.”
Con información de The Guardian
