Realizan investigación espacial con aparato que navega con una vela

Una sociedad astronómica estadounidense está demostrando que la exploración de nuevos territorios, en este caso planetas extranjeros, es posible si se domina el uso de la humilde vela de tela.

LightSail 2, diseñado y financiado por Planetary Society, es una pequeña nave espacial que se ha estado moviendo a altas velocidades en la órbita de la Tierra y capturando fotones solares con una vela cuadrada del tamaño de un ring de boxeo.

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Habiendo sido lanzada en julio de 2019, la nave ha pasado más de un año serpenteando a unos 300 kilómetros sobre la Estación Espacial Internacional, produciendo un tesoro de datos científicos que los ingenieros de misión de la Sociedad Planetaria utilizarán para avanzar en la comprensión de la humanidad sobre la navegación solar.

Potencialmente, será una forma muy importante y confiable de viaje espacial en las próximas décadas.

Ahora, LightSail 2 está entrando en la fase de misión extendida, donde los científicos estudiarán cómo cosas como la descomposición orbital (el grado en que la trayectoria de la nave espacial cae gradualmente, similar a cómo cae un hula hula cuando deja de girar) afectará a la nave del tamaño de una hogaza de pan mientras cae lentamente hacia la Tierra y finalmente se quema al volver a entrar.

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“Durante nuestra misión extendida, continuaremos realizando cambios en nuestro software de control de velas, lo que ayudará a las futuras misiones de velas solares a optimizar su rendimiento”, afirmó el científico jefe de Planetary Society y gerente del programa LightSail 2, Bruce Betts.

El pequeño barco se mueve al capricho de dos poderosas fuerzas: la gravedad y el sol, lo cual se podría imaginar actuando como una corriente oceánica y el viento.

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LightSail 2 está en órbita como un satélite alrededor de la Tierra, por lo que los científicos deben dirigir, recargar baterías y tomar fotografías en respuesta a dónde lo lleva su órbita, que debido a la naturaleza no esférica del planeta es bastante inestable.

Sin embargo, durante unos 28 minutos de su órbita de 100 minutos, puede girar su vela de 34 metros cuadrados, que en lugar de absorber la luz como una tela normal, la repele gracias a su material reflectante llamado Mylar.

El impulso de los fotones que viajan sin masa y que rebotan en la vela le da un ligero empujón para poder gobernarse por sí mismo durante esos 28 minutos, lo que demuestra que la navegación solar es viable para su uso en el gobierno y propulsión de “CubeSats”, satélites más pequeños que realmente impulsarán los límites de la exploración espacial, sobre todo porque una nave espacial de navegación solar no necesita propulsión química.

Con información de Good News Network