Se ha publicado una nueva investigación que detalla cómo incluso la tecnología actual podría algún día salvar a nuestro planeta de una colisión devastadora con el asteroide Bennu, uno de los objetos cercanos a la Tierra potencialmente peligrosos.
El asteroide Bennu ahora es más conocido por haber sido visitado por el OSIRIS-REx de la NASA: la nave espacial está regresando lentamente a la Tierra con una preciosa muestra de material. Pero hay otro hecho preocupante sobre Bennu: el asteroide tiene una probabilidad entre 2.700 de impactarnos el 25 de septiembre de 2135.
Ese domingo por la mañana, Bennu pasará la Tierra cinco veces más cerca que la Luna, según las estimaciones actuales. La incertidumbre sigue siendo lo suficientemente amplia como para que pueda golpear nuestro planeta o perderlo, pero sigue siendo preocupante. Bennu tiene más de 500 metros (1.640 pies) de ancho y un impacto liberaría 1.200 megatones de energía. Eso es 24 veces el rendimiento de la Tsar Bomba, el arma nuclear más poderosa jamás construida y probada.
¡Pero no te preocupes! Incluso si descubrimos que el impacto se producirá, no significa que sea inevitable. Investigadores de los EE. UU. Han publicado previamente un plan que muestra un impactador llamado HAMMER diseñado para desviar la peligrosa roca espacial. Ahora, los investigadores chinos han lanzado su propio plan, que también se basa en la tecnología existente.
El trabajo, publicado en la revista Icarus, se centra en el enfoque del impactador cinético para desviar un asteroide. Una nave espacial se estrella contra el asteroide, dándole un pequeño empujón. Con suficiente tiempo y suficientes impactos, puede mover el asteroide lo suficiente como para evitar la Tierra por completo.
El sistema propuesto se llama Impactador Cinético Ensamblado (AKI, por sus siglas en inglés) porque en lugar de tener el impactador separándose del cohete cuando sale de la órbita de la Tierra, el cohete avanza, agregando masa al impacto. Usando los datos técnicos del vehículo de lanzamiento Long March 5 (CZ-5), la trayectoria de Bennu podría ser desviada por 1.4 radios de la Tierra (8,900 km / 5,550 millas) con 23 impactos exitosos de tales cohetes.
Con solo un tiempo de preparación de 10 años, esto sería suficiente para cambiar la órbita del asteroide y salvar la Tierra, y no necesitaría un arma nuclear para lograr eso. El enfoque chino es un poco más eficiente en términos de lanzamientos en comparación con HAMMER. En 2018, el equipo estimó que se necesitarían entre 34 y 53 impactos de HAMMER para cambiar a Bennu con una ventaja de 10 años antes del impacto.
Si bien Bennu actualmente no es una amenaza, hay otros cuerpos que podrían serlo. Con un tiempo de preparación de 10 años, un solo AKI podría desviar un asteroide de 140 metros de diámetro (459 pies) en más de un radio de la Tierra. Tener algo como esto listo podría salvarle la vida.
Con información de IFL Science
