Un destacado profesor de la Universidad de Teherán, que es una figura muy conocida en los comités políticos del país, ha sido condenado a 18 meses de prisión por propagar opiniones antiestatales.
Sadegh Zibakalam, dijo que también le han prohibido actividades políticas y sociales, como escribir para periódicos, dar entrevistas o actividades en las redes sociales, durante un período de dos años, según su veredicto. . Tiene 20 días para apelar la sentencia.
El profesor iraní fue citado por las autoridades judiciales la semana pasada en relación con una entrevista que concedió al servicio persa de Deutsche Welle a principios de este año. En esa entrevista, dijo que el descontento público interno fue el principal factor de una ola de disturbios que sacudió al país en enero, mientras que las autoridades culparon a los enemigos externos de Irán por provocarlo.
Mizan, una agencia de noticias afiliada a la judicatura, dijo antes de su sentencia que enfrentaba acusaciones de “difundir propaganda contra el estado mediante entrevistas en sitios web extranjeros y tratando de desacreditar el sistema de gobierno de la República Islámica”.
Irán tiene una historia de perseguir a aquellos que hablan a servicios de idioma persa en el exilio, como BBC Persian.
“En esa entrevista dije que la causa raíz de los disturbios son los problemas internos, y es por el descontento de los jóvenes con las políticas políticas, sociales y económicas, y predije que al igual que las protestas de 2009, las autoridades culparán a los de afuera”, Zibakalam dijo.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei, dijo en ese momento que los enemigos del país eran los culpables de los disturbios en todo el país, acusándolos de “desplegar todos los medios a su disposición, incluidos dinero, armas y apoyo político y de inteligencia para coordinar problemas contra el establecimiento”.
El juicio de Zibakalam fue presidido por el infame juez Salavati.
“Decidí no nominar a ningún abogado, porque las acusaciones contra mí, en esencia, son políticas. En mi defensa, le pregunté al juez si en este país se nos permite tener una opinión que es diferente a la del establecimiento “.
Con información de The Guardian
