La hija de Donald Trump fue abucheada en la cumbre del W20 por llamarle un “campeón de apoyo a las familias”, mientras que Angela Merkel se esfuerza por hacer que su huésped se sienta bienvenida.
BERLÍN, Alemania.- Ivanka Trump, la segunda de los tres hijos del primer matrimonio del presidente estadounidense, fue abucheada en Berlín tras defender a su padre.
Uno de los temas en la parte superior de la agenda de la cumbre del W20 en Berlín el martes fue cómo las mujeres trabajadoras pueden equilibrar mejor la familia y el trabajo.
Así que tal vez era inevitable que la primera pregunta para Ivanka Trump -una mujer acusada de mezclar intereses empresariales y ambición dinástica en formas que la Casa Blanca rara vez ha visto- debió centrarse en supuestos conflictos de intereses.
Una reunión que ilustra el poder de la mujer
Las cejas se levantaron cuando se anunció por primera vez que Trump aparecería en el evento, en un panel junto a Angela Merkel, Christina Lagarde y la reina Máxima de los Países Bajos.
La reunión de mujeres líderes empresariales tenía la intención de ayudar a establecer la agenda para el G20 en julio. En cuanto al aspecto político de su visita, Trump dijo que ella “traería consejo y conocimiento de vuelta a mi padre”.
Eso pudo haber sido el cálculo de Merkel cuando ella deslizó una invitación a la hija de Donald Trump durante su visita a la Casa Blanca el 17 de marzo de este año.
En aquel entonces, el presidente Trump fue acusado de nepotismo absoluto por sentar a su hija junto a uno de los políticos más influyentes del mundo en un panel de debate sobre el desarrollo de la fuerza de trabajo.
En el debate de Berlín, los organizadores tuvieron el detalle de sentar a la hija del presidente y a Merkel un asiento aparte, con Trump quedando entre Lagarde, la directora del FMI, y la canciller canadiense Chrystia Freeland.
Merkel no logró que su huésped no fuese abucheada
Pero la canciller alemana parecía decidida a hacer que la huésped americana se sintiera bienvenida, asintiendo con ella cada vez que ella tomaba el micrófono.
La audiencia estaba de un humor diferente. Cuando Trump describió a su padre como un “tremendo campeón de apoyar a las familias”, fue abucheada y silbada.
Meckel, la moderadora, dijo que algunas de las actitudes que el padre de Trump había mostrado en el pasado ponían en duda si realmente daba poder a las mujeres.
“He escuchado las críticas de los medios de comunicación”, respondió Trump. “Pero lo sé por experiencia personal, y las miles de mujeres que han trabajado con y para mi padre son testimonio de su enorme creencia en el potencial de las mujeres y la capacidad de hacer el trabajo, así como cualquier hombre. Como hija sé que me animó y me permitió prosperar. Crecí en una casa donde no había barreras.”
Al encontrarse acorralada, elogió a Angela Merkel por aprobar una “legislación de salarios desiguales”, algo que “todos deberíamos estar mirando”.
Según el proyecto de ley aprobado en Alemania en enero, los trabajadores de empresas de 200 o más empleados tendrán derecho legalmente a recibir información sobre los criterios en que se pagan. Cómo exactamente Trump cuadra tal ley con su deseo de ver “la desaparición de las reguladoras” en los EE.UU., se desconoce.
Con información de The Guardian
