Joven se inyecta mercurio para convertirse en X-Men

En 2014, un niño de 15 años se inyectó mercurio en un intento de desarrollar superpoderes similares a un personaje que le gustaba en una de las películas de X-Men. Como era de esperar, el intento lo llevó al hospital, en lugar de a la Escuela de Xavier para Jóvenes Dotados.

El niño llegó a un centro de trauma de atención terciaria, con múltiples úlceras grandes en el antebrazo, que no habían desaparecido durante más de dos meses. Aparte de las lesiones, parecía sano y no tenía otros problemas para hablar.

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Sin una causa obvia (seamos sinceros, su mente no salta inmediatamente a “ah, probablemente solo quería desarrollar una fuerza sobrehumana”), el equipo sospechaba que podría haber sido causado por el abuso de sustancias. Fue trasladado a un equipo psiquiátrico, informan sus médicos en el Journal of Laboratory Physicians, que pudieron sacarle la historia completa.

El niño había visto recientemente la película X-Men Origins: Wolverine. Según los autores, le gustó uno de los personajes de la película llamado “Mercurio”, de ahí su decisión de inyectarse mercurio extraído de un termómetro roto y un esfigmomanómetro.

Durante la investigación, descubrieron que el niño también había permitido que las arañas lo mordieran en un intento de obtener poderes similares a Spiderman, aunque esto no se consideró el asunto más urgente dado que había inyectado mercurio en múltiples sitios en su brazo.

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Las pruebas confirmaron que tenía niveles elevados de mercurio en la orina, aunque afortunadamente solo había logrado inyectar el metal debajo de la piel, en lugar de en las venas, minimizando el daño que de otro modo podría haber ocurrido si hubiera entrado en su torrente sanguíneo.

El equipo cortó cuidadosamente las lesiones y, efectivamente, “la sección de corte reveló áreas hemorrágicas y necróticas con gotas brillantes de mercurio”.

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Luego de la remoción del tejido muerto y el mercurio, el niño pudo salir del hospital y no absorbió más mercurio en sus sistemas.

El equipo enfatizó que la hospitalización del niño fue inusual, y que la mayoría de los casos de inyección deliberada de mercurio forman parte de los intentos de suicidio.

“Otras incidencias inusuales de autoinyección de mercurio incluyen a un boxeador de 14 años que recibió una inyección de mercurio metálico pensando que fortalecería su rendimiento deportivo y sujetos que creen que las inyecciones de mercurio mejorarán los poderes sexuales”.

En este caso, sin embargo, creen que el niño estaba mentalmente sano, pero había tomado una decisión inusual para intentar ganar superpoderes.

“Sorprendentemente”, señalan, “no tenía otros problemas psiquiátricos y tenía un coeficiente intelectual normal”.

Con información de IFL Science