CIUDAD DE MÉXICO, México.- Mariano, Magui y Lourdes terminaron yendo al psiquiatra luego de trabajar como operadores en un call center, uno de los lugares de trabajo más comunes entre los jóvenes. Jornadas de seis horas, 15 minutos para comer y atender hasta 150 llamadas hicieron que estos jóvenes perdieran el control de sus vidas.
Magui trabajó en Covedisa, empresa que prestaba sus servicios para Movistar, de Telefónica. Tras unos meses de trabajo, primero estaba ansiosa, luego comenzó a comer chocolates, comida chatarra y consumir drogas. Además, la relación con sus familiares y amigos había cambiado.
Aunque concluía su jornada laboral no podía olvidarse de ella, cuenta, tampoco de los “maltratos y presiones”. Un día simplemente se levantó su cubículo y fue al baño a llorar.
Mariano trabajó tres años y medio en Multicanal, compañía que en 2007 se fusionó con Cablevisión y Fibertel. Llegaba a casa y no se podían desconectar, le costaba dormir así que fue a ver a un especialista, se tomó una licencia psiquiátrica de tres meses: “Escuchar problemas de la gente es agotador. Parecían 12 horas y no seis”, dice.
Por su parte, Lourdes laboró en Action Line, empresa que atendía a clientes de Visa, su sufrimiento es igual al de sus compañeros. La ansiedad y presión se hicieron sus enemigas, llevándola a acudir con un psiquiatra.
Al final, todos renunciaron, después de un descanso, consiguieron otro trabajo, y no volvieron a tener problemas. Aseguran que, volverían a un call center como último recurso, ni no hubiera “más opción en su vida”.
Con información de Excélsior
