Juego de espías

Juan arturo Salinas

Pasado el 1 de octubre, palo dado ni Dios lo quita, y los nombramientos menos.

El hermetismo en torno a los nombramientos de los funcionarios que integrarán el gabinete del alcalde electo Ismael Burgueño obedece a una sencilla razón: aquellos que hoy forman parte del gobierno de Montserrat Caballero y que sigan cobrando sus catorcenas en el XXV Ayuntamiento que arranca el 1 de octubre, en el mismo cargo o en alguna otra posición, serán quienes durante los últimos meses sirvieron como espías de las autoridades electas y del equipo del gobierno del estado que de esta forma cuenta con información privilegiada que ha arrinconado a la alcaldesa.

Y es que pese a al cercanía del relevo, el equipo que gobernará Tijuana en cuanto concluya el último minuto del 30 de septiembre mantiene en reserva los nombres clave, si acaso se han filtrado el de una mujer que al parecer ocupará la coordinación del gabinete -de filiación panista y cercana a Enrique “Kiki” Méndez, así como los también blanquiazules Luis Rodolfo Enriquez y Arnulfo Guerrero, los famosos Fito y Fufo. Sume usted a la próxima síndico Paola Leyva y a otros.

Pero la estrategia es mantener bajos perfiles para evitar que en lo que resta del gobierno de Montserrat, estos funcionarios que sirvieron a Dios y al diablo sean expuestos antes siquiera de rendir protesta.

Ellos son los que saben que cuentas pendientes tiene Caballero Ramírez, ellos son los que saben que documentos hay en los cajones ocultos de algunos escritorios. Ellos son los que proporcionaron información clave para que la alcaldesa saliente se mantuviera en paz cuando le fue retirada la posibilidad de registrarse en la candidatura.

Los nombres de los recién llegados, tampoco se difundirán para alinearse con el apotegma del líder Fidel Velázquez: el que se mueve no sale en la foto, aunque en las últimas décadas vimos todo lo contrario: para salir en la foto había que moverse.

Pasado el 1 de octubre, palo dado ni Dios lo quita, y los nombramientos menos.